Zacatecas.- Homero Miranda Lamas, productor acuícola de Morelos, advirtió la necesidad de una mayor difusión para este sector, pues la población aún no tiene conocimiento sobre los beneficios de comer pescado.
Consideramos que a nuestras autoridades les falta visitarnos, para que lleve el mensaje a los pobladores, de que existimos. Aunque también necesitamos una alternativa de apoyo económico, para la infraestructura y caer en tanta mortandad de varias granjas”
Desde hace tres años, el campesino inició su proyecto en la comunidad de Noria de Gringos, localidad ubicada a unos minutos de la capital.
El proyecto de las granjas Miranda se ha logrado mantener pese a los altos costos de la energía eléctrica y los riesgos que implican las bajas temperaturas, pues matan a los peces que cultivan en cada una de las tinas.
“Consideramos que a nuestras autoridades les falta visitarnos, para que lleve el mensaje a los pobladores, de que existimos. Aunque también necesitamos una alternativa de apoyo económico para la infraestructura y caer en tanta mortandad de varias granjas”, externó.
Incluso recordó que debió crear una alarma “rústica” de gasolina para que puedan detectar cuando hay bajas de temperatura que pongan en riesgo a los animales.
De acuerdo con estimaciones de Financiera Rural, el consumo anual por personal asciende a 13 kilos de pescado; es decir, apenas 36 gramos de este alimento al día.
Sin embargo, el productor consideró que es mínima la cantidad de pescado que consume la población del estado, principalmente por la idea de que al no haber agua, no hay posibilidades de tener agua.
“La otra cuestión que nos pega es la falta de cultura del consumo de pescado, pues ya ve que es lo que recomiendan los médicos. Antes decían que en el estado no se consumía por la falta de agua, pero ya vimos con esta metodología que sí se puede consumir”, dijo el acuicultor.
Actualmente ha decidido poner en marcha un espacio en Noria de Gringos, donde, además de la cosecha de tilapia, pudiera llegar la población a consumir sus alimentos, lo que hasta la fecha le ha permitido hacer frente a las adversidades.
Sin embargo –insiste- es necesario que la población consuma este producto, por los beneficios que tiene en la salud.
Para el 2011, los datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), estimaba que anualmente se producían 400 toneladas de mojarra tilapia en 66 granjas.
Para mediados de de 2013, la producción se estimaba en 150 toneladas anuales, que se producen en 22 granjas, según información oficial de Secampo; es decir, que han desaparecido o dejado de operar 44 granjas acuícolas.
El acuicultor añade que los altos costos no sólo se observan en la luz, sino en los insumos.
“Hay que estarles oxigenando constantemente. Otra cosa que nos incrementa el costo son los alimentos, que están muy carísimos, pues no se puede fabricar en la entidad y los traen de otros estados”, apuntó.
“Creímos de momento que sí era muy exitoso, aunque no es imposible”, señala, tras comentar que en cada una de sus cuatro tinas llegan a existir cinco mil peces.
Tras destacar que su granja fue la primera instalación certificada por las autoridades gubernamentales, expuso que ofrece cinco empleos estables durante al año, sin contemplar los generados cuando hay una buena producción.
También espera que la reciente constitución del sistema producto tilapia permita la canalización de la producción hacia un mercado, si se logra la constitución de una cooperativa.