Zacatecas.- El artista plástico Tarcisio Pereyra originario de Jalpa, lamentó que el Festival Cultura de Zacatecas (FCZ) adolezca de personalidad e institucionalidad propias.
Parecer ser que el Festival Cultural del estado llevara una vida de caballo malo, con un arrancón de purasangre y una terminada de burro”
Refirió que esa fiesta cultural ha pasado de la grandiosidad, al desdén y el desinterés y de ahí ha enfilado al populismo, sin dejar de lamentar que a menos de dos meses de que se inicie, no se cuente aún con la programación respectiva.
“Parecer ser que el Festival Cultural del estado llevara una vida de caballo malo, con un arrancón de purasangre y una terminada de burro”, externó.
Tarcisio Pereyra, reconocido en México y Zacatecas como ceramista y artista visual de excelencia, que ha implantado el ‘dripping’ en el estado con enorme calidad y colorido, sostuvo que el FCZ es una festividad que cada seis años asume nuevos derroteros en el estado.
Lamentó que a nivel país haya festivales más jóvenes, como los de Sinaloa y Tamaulipas, cuyos éxitos se basan en la gestoría, las formas y la administración correctas, en tiempo y forma.
“Ambos son exitosos, porque tienen personalidad propia porque dentro de ellos, de un año al otro no se notan los brincos así como tampoco de un sexenio al otro”, señaló.
El creador visual dijo que en Zacatecas, lo primero que tiene que admitirse en materia de organización de festivales es que las cosas no están bien.
Las primeras festividades culturales zacatecanas se realizaban únicamente con cuatro o cinco personas coordinadas que se daban a la tarea de organizarlo todo “pero de entonces tenemos los mejores sabores de boca a causa de la puntualidad, la formalidad y la seriedad para llevar a cabo los eventos”.
Entonces, añadió, había una cierta capacidad de funcionamiento, basada no tanto en el hecho de aparecer en los medios, que nos lleva a referir algo que no hemos entendido, “el festival no tiene personalidad así como tampoco tiene institucionalidad propias”.
Al respecto, añadió que tampoco es un festival en sí mismo, sino que se trata de un hecho que cada seis años asume nuevos derroteros, “al ir por aquí y por allá” por lo que los zacatecanos ignoramos los gustos de quién lo realiza pero sobre todo, de cómo se realiza.
Añadió que muchos son los creadores zacatecanos, incluidos pintores, escritores, músicos y otros, a “quienes nos preocupa el sentido de la personalidad de esa fiesta cultural”.
Los errores de por medio
Asimismo, el pintor destacó que así como van las cosas con el Festival, en 15 días nadie puede organizar la invitación a ninguna nación del mundo, porque lo único que se podría hacer en ese lapso es el envío de una caja de folletos, en el mejor de los casos.
Asimismo, dijo que una vez concluida la festividad debe realizarse un balance de la misma en el cual lo primero que debe tenerse en cuenta es que “las cosas no están bien”.
“Con decir que las cosas no están bien, no quiero decir que todas estén mal, sino que no funcionan porque puede suceder que la cantidad de personas que lo atienden, no funcione técnicamente hablando”.
Además, dijo que se ha notado el maltrato a muchos músicos de Zacatecas, “a quienes traen como trapo de mecánico pues luego los avientan aquí y allá por el hecho de no llegar a contabilizar de manera adecuada los espacios de cultura”.
Todo podría resumirse en un asunto de tomar acuerdos, es decir, realizar pláticas previas y negociación, que por el momento no existen.