México.- Después de dos años en prisión, Nestora Salgado, comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, salió del Centro de Reinserción Femenil de Tepepan.
“¡Soy libre!”, gritó al salir del penal, entre los aplausos y porras de los presentes.
Salgado fue recibida por sus abogados, familiares, activistas y miembros de la Policía Comunitaria, quienes la esperaron desde temprano con pancartas.
Los civiles, la mayoría hombres de la tercera edad, vestidos con playeras verde olivo y gorras negras, formaron una escuadra para dar la bienvenida a la comandante, a quien saludaron uno a uno con las manos en la frente.
Nestora, vestida igual que ellos, salió maquillada, peinada con una trenza y con aros dorados en las orejas.
Llevaba puestas unas esposas falsas que otro líder de la Policía le rompió en símbolo de su recién obtenida libertad. Después le entregó un rifle falso y la saludó diciendo “¡A sus órdenes, mi comandanta!”.
“Vamos a seguir luchando para que no nos sigan reprimiendo. Si es necesario llegar a esto (señalando el rifle), a esto vamos a llegar”, respondió, emocionada, ante quienes la recibieron.
Posteriormente, hicieron el conteo hasta el 43, recordando a los estudiantes de Ayotzinapa, y un cantante interpretó una canción dedicada a ella.
La líder de grupos civiles fue trasladada a la torre médica de Tepepan en mayo del año pasado, después de una huelga de hambre por las condiciones que vivía en el penal de Tepic, Nayarit.
El jueves, tres jueces de Guerrero dictaron auto de libertad por falta de pruebas; era acusada de los delitos de secuestro, homicidio calificado, homicidio tentativo, robo de armas y privación ilegal de la libertad.