ZACATECAS.- “Cuando la vida pone obstáculos debemos tener la capacidad de sortearlos, así sea cual fuere tenemos que ir hacia delante”, expresó José Manuel Romero Morúa, invidente y emprendedor del ramo de los trapeadores.
Él como muchos otros de sus compañeros invidentes y débiles visuales ha encontrado en el emprendimiento una forma de sobrevivir y lograr sus metas, llevar el sustento a los hogares y contribuir con la comunidad.
En conjunto con Alces de Fuego, una cofradía de personas que gusta por ayudar a grupos vulnerables, tienen trazada una meta: juntar 170 mil pesos en un mes desde el 24 de agosto hasta el 24 de septiembre, con el objetivo de juntar el recurso y comprar tres máquinas para fabricar trapeadores.
José Manuel Romero dijo estar contento con la iniciativa con el objetivo de beneficiar a 45 invidentes que podrán trabajar con la maquinaria y tener una fuente de ingresos.
“Nos ponemos las pilas dado que no queremos que nos perciban como gente estática o que está pidiendo apoyos al gobierno del estado. Aquí lo que buscamos es sobresalir bajo nuestros propios medios”, dijo con optimismo en su voz.
Ayudado por un bastón de invidente comenzó a revisar la maquinaria que se le ofreció para echarla a andar y beneficiar a sus compañeros que padecen de la misma discapacidad visual. “Esta viene diferente, se puede ver”, ironizó, dado que la manera de examinar las cosas, y literalmente verlas, es a través del tacto.
Basado en su experiencia comenzó a revisar la encordadora de trapeador, “aquí tiene el embrocado para que pueda embonar el palo del trapeador. A ver pásenme los pabilos para comenzar con la labor”, dijo mientras encarretaba.
“Hace un tiempo que no estaba habituado a este tipo de máquina, pero aquí se capacita uno a prueba y error, nada más hace falta la pinza y un poco de alambre. ¿Tendrán por ahí algún par de clavos?”, preguntó para que se los facilitaran y comenzar a enroscar la maraña de pabilos de trapeador.
Mientras hacía la labor, el coordinador del grupo Alces de Fuego, Alan Joel Rodríguez Martínez, comentó que el 1 y 2 de septiembre tendrán un “toquín” de rock en el Salón del Parque, ubicado en la avenida García Salinas, número 314 B, Guadalupe.
A través de esta actividad buscarán obtener fondos para comprar tres máquinas de trapeador que cuestan casi 35 mil pesos. “Creemos en las personas y tenemos la fe que podremos lograr la meta de los 170 mil pesos”, subrayó.
Proporcionó una cuenta bancaria a nombre de Obdulia Bañuelos Cabral para que los interesados donaran al número 4152312356514197 en Banamex.
Finalmente, José Manuel Romero agradeció por contar con personas que se preocupan por brindar oportunidades de empleo y de vida a grupos vulnerables.
Desde su trinchera como discapacitados visuales, enfatizó, empujarán para ayudar a sus amigos y compañeros para que puedan sostenerse económicamente.
“Estamos en la batalla. Estamos echándole ganas y no nos vamos a rendir. Tenemos que echarnos la mano unos con otros y generar”, concluyó, mientras hacía pruebas con el trapeador en la mano probando su resistencia y calidad.