CIUDAD DE MÉXICO. La actriz y diputada del Congreso local, Ana Francis Mor, considera que el punto de acuerdo que planea presentar ante el pleno para solicitar que la Compañía Nacional de Teatro (CNT) incorpore un elenco con diversos colores de piel contribuye a «tumbar una manera colonialista de mirar y de contar el mundo».
«Los colores de piel que predominan en toda la narrativa visual, teatral, televisiva, etcétera son los más blancos, además los colores de piel tienen que ver con el tipo de personajes que se hacen», explica la promotora de esta iniciativa, junto con las legisladoras morenistas Xóchitl Bravo e Indalí Pardillo.
El punto de acuerdo solicita que la CNT incluya en su próxima convocatoria la aplicación de la paleta de color creada por una investigación denominada Proyecto sobre Etnicidad y Raza en América Latina (PERLA), por sus siglas en inglés.
Es la misma lógica que ocurre con los asuntos de género, compara Mor en entrevista.
«¿Qué tipo de personajes hacemos las mujeres? ¿qué tipo de cuerpos, caras, etcétera, tienen las heroínas? Es una cosa mundial que se ha ido desmantelando poco a poco», dice al destacar la contribución en el tema de organizaciones como Poder Prieto y RacismoMX e instituciones como el Conapred.
México, hasta hace unos años, no admitía su racismo, añade, incluso en el ámbito teatral se ha dificultado la reflexión sobre el tema.
«Es curioso cómo funciona el mundo del teatro. De pronto estas conversaciones nos cuestan mucho trabajo porque en el arte se piensa que eso no te pasa porque tienes un proceso de reflexión en muchos sentidos bien profundo y es cierto, pero no estás fuera del mundo».
La CNT es emblemática, destaca, puede influir y alentar avances en otros ámbitos.
Sobre cómo compaginar cuotas raciales con desempeño artístico afirma que se trata de una discusión superada.
«Si no hubiera habido cuotas para el asunto de la igualdad de género probablemente no hubiéramos tenido mitad de hombres y mitad de mujeres en los elencos.
«No ha habido igualdad de género en términos ni de dirección de escena ni de dramaturgia», contrasta.
«Empieza, pero no ha habido. No hay cuotas y por lo tanto no ha habido (igualdad). Entonces, decir que no hay suficientes buenas dramaturgas pues imagínate o suficientes buenas directoras, imagínate.
«Las cuotas no son lo ideal, pero esa discusión ya está superada. Es la mejor manera que como humanidad hemos encontrado para ir buscando la igualdad en los terrenos en donde es francamente desigual».
Los actores de piel más oscura, expone, trabajan menos, ganan menos dinero y tienen personajes más estereotipados en comparación con los de tez más clara.
«Hay que entrarle a la discusión del racismo y del clasismo al interior de nuestras comunidades artísticas», apremia Mor.
Y responde la CNT: ‘Racismo no se resuelve por decreto’
En un comunicado la CNT advirtió el riesgo de introducir criterios raciales y de fenotipo en la selección de los actores y las actrices del elenco.
«Pretender que desde la legislación se imponga una biopolítica particular a una disciplina artística, así como intentar legislar los tonos de color de piel es riesgoso. La discriminación no alude solo al color de la piel, sino también a otras formas corporales, discapacidades, lengua, género, identidad, gustos estéticos, entre otras más», apunta.
Añade que el PERLA -«un estudio serio, realizado en Brasil, Colombia, México y Perú, aunque en México se concentró en la población afrodescendiente e indígena»- también es controvertido «como cualquier otra investigación en torno de la identificación de la relación entre los factores etnoraciales y las desigualdades, particularmente educativas».
Aun cuando la iniciativa de las diputadas se entiende como una política afirmativa, positiva, es fundamental acudir a la pregunta más importante, insta la CNT.
«¿Qué es lo que hace posible la discriminación? ¿se deben buscar cuotas de color de piel basadas en una investigación académica loable y todavía en ciernes? ¿cómo se mejoran las condiciones de acceso a la formación actoral que prevalecen en el país y especialmente a los que no tienen acceso? ¿cómo llega la educación artística a los pueblos originarios y las comunidades afrodescendientes?»
El racismo y la discriminación, apunta, no se resolverán por decreto.
La CNT, detalla, ha llevado a la escena obras como DeSazón, Zoot suit, La panadería, Latir, Horas de gracia, Soles en la sombra y otras más que hablan de la discriminación de diferentes tipos y afirma que la equidad de género en la Compañía es una realidad, con un total de 52 mujeres y 47 hombres
«Sabemos que eso no es suficiente, por lo que también hemos asumido un impulso a las directoras y a la dramaturgia de mujeres. Desde 2019 se han presentado 21 obras, 9 de ellas de teatro breve, escritas por mujeres. Seguiremos haciéndolo».
En el comunicado, la compañía manifiesta su disposición de colaborar con cualquier conjunto legislativo, campaña institucional o de la sociedad civil que se proponga influir en el cambio de la estética de los medios masivos «para que contribuyan a desestructurar la hegemonía eurocentrista, blanca y machista en que se finca la discriminación y los prejuicios que estigmatizan las identidades, los tonos de piel y la complexión de quienes proceden de culturas originarias, pueblos afromexicanos y muchas otras identidades y subjetividades que no se corresponden con el estereotipo hegemónico».