Ciudadanía Digital
(Parte 1)
En nuestro país, la noción colectiva de ciudadanía se asocia de inmediato con dos elementos: la mayoría de edad de una persona y su posibilidad de votar por algún candidato o ser votado.
Ciudadanía, según la Real Academia Española (RAE), refiere a “la condición que se otorga a una persona por ser miembro de un país, lo cual le impone derechos políticos y sociales sustentados en el principio constitucional de igualdad, que permite la participación activa y pacífica en la vida política de un país y que se relaciona fundamentalmente con las libertades políticas esenciales que implican votar y ser votado a través de los medios de elección democráticos de cargos públicos previamente establecidos”.
En México, el artículo 34 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece que “Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años y tener un modo honesto de vivir”. Esto explica en buena medida, la noción que prevalece entre la población nacional.
Poco a poco ese concepto, al igual que tantos otros, se ha enriquecido con el transcurso del tiempo en el cual hemos visto suceder cambios en todo nuestro sistema de vida social, especialmente cuando una parte significativa de nuestra vida, se desenvuelve en el ecosistema digital.
De esta manera, ha emergido la Ciudadanía Digital, que tiene en común con la acepción legal tradicional, la existencia de derechos. La Ciudadanía Digital corresponde al desarrollo de conocimientos, habilidades y actitudes fundamentales para que las personas puedan ejercer sus derechos digitales y fortalecer la convivencia democrática, mediante el uso seguro, responsable, participativo, creativo, crítico y reflexivo de las tecnologías digitales, comprendiendo la influencia de éstas en su vida personal y pública a nivel local y global (Centro de Innovación, 2023).
La e-ciudadanía y ciberciudadanía, considerados sinónimos de este constructo, aluden al uso de las Tecnologías de la Información y Comunicaciones y de los principios que las orientan, para la comprensión de los asuntos políticos, culturales y sociales de una nación (Etecé, 2022).
Bajo esta perspectiva, se asume a Internet como un medio de gran potencial para la construcción de ciudadanía y la participación ciudadana, a partir de varios elementos: en primer lugar porque al poner a disposición de las personas usuarias millones de datos, se fortalece el derecho de acceso a la información, que es el punto de partida para el ejercicio de otros derechos.
Esto permite de igual manera, limitar la proliferación de noticias y datos falsos mediante el contraste con fuentes confiables entrenando con ello también el pensamiento crítico, parte fundamental para la conformación de una opinión informada acerca de los fenómenos que ocurren en la sociedad y que además, aporta elementos significativos para la toma de decisiones tanto individuales como colectivas.
En segundo término, porque aún y con todas las opiniones en contra que puedan existir, es posible capitalizar las redes sociales y otras plataformas digitales, para fortalecer la comprensión y en algunos casos, el ejercicio efectivo (apropiación) de varios derechos de nueva generación que, por otra parte, han permeado en el entorno digital.
Por mencionar algunos: la inclusión de personas en situación de discapacidad para quienes hoy en día existe un sinnúmero de aplicaciones, plataformas, desarrollos basados en las tecnologías de la información e inteligencia artificial, cuya finalidad es romper las barreras que les impiden insertarse en el mercado laboral, así como en los distintos espacios a que tienen derecho, a la vez que se visibiliza ante la sociedad e instancias públicas y privadas, la relevancia de garantizarles el acceso a una vida digna en donde puedan desempeñar sus capacidades sin limitación alguna.
Otro por demás relevante, es el derecho a la privacidad y los riesgos que implica el desconocimiento de ello en el ecosistema virtual; uno más tiene que ver con los derechos de las niñas, niños y adolescentes que adquieren un matiz diferente cuando hablamos de su incursión en la web; finalmente, los procesos políticos que hoy en día libran sus batallas en la arena digital y que permiten de igual manera, que la ciudadanía disponga de información que en un momento determinado, será crucial para definir a sus gobernantes o representantes.
Continuará…