GUADALAJARA. Gran tarde se vivió este domingo en el cierre de temporada en la plaza de toros Nuevo Progreso, de Guadalajara, donde el triunfo compartido fue para Arturo Macías con el corte de dos orejas ante una gran faena al toro Chirindongo, de San Constantino, que tuvo su debut triunfal en este escenario.
El corte de las dos orejas vino con el toro de regalo.
Quien también dejó una gran tarde fue el rejoneador Diego Ventura, quien brilló con momentos vibrantes al dejar lo mejor en su segundo, en el que junto a una de las estrellas de su cuadra: Bronce, conquistó y emocionó.
Diego San Román cortó una oreja tras faena poderosa en la que arriesgó todo, temerario y con verdad.
Al final, la salida a hombros para Arturo Macías y para el ganadero jalisciense Juan Pablo Corona.
Paisano, de 465 kilos, de la Venta del Refugio, el abre plaza para el rejoneador Diego Ventura, quien montó a Joselito, que colocó un rejón de castigo.
Con Velásquez comenzó el segundo tercio, un toro muy parado que le costó embestir. Con gran espectacularidad desde largo citó para torear de frente y ejecutar un quiebro espectacular.
El mando en las manos expertas del caballista llevó cosido a la grupa al toro que va a más, al dejar el lucimiento con dos banderillas más.
Gitano fue el compañero en momentos temerarios, en el que en las cercanías firmó una ajustada pirueta para dejar una banderilla al violín.
La perfecta ejecución del carrusel llegó con las banderillas cortas junto a Fado, con lo que cerró, así, una actuación en la que puso y apostó todo.
Fallos con el rejón de muerte no le permitieron tocar pelo. Fue fuertemente ovacionado.
Caramelo, de 505 kilos, de San Constantino, segundo del festejo y primero del lote de Arturo Macías, que recibió con farol de rodillas estando breve con el capote.
Con mando comenzó su labor muleteril, doblándose. Dos muletazos largos por pitón derecho ante un toro que se revolvía con prontitud y que tuvo poco recorrido.
Por el izquierdo pegaba los derrotes y Macías buscaba las vueltas que no tenía el toro.
Se puso con valor para extraer muletazos poderosos, arrimándose y consiguiendo, a base de esa temeridad, llegar a los tendidos. Mató de una gran estocada y cortó una oreja.
Escritor, tercero del festejo, también de la ganadería de San Constantino, correspondiendo a Diego San Román, quien tiene variedad en el saludo con el capote.
Con la muleta, un toro que se quedaba muy corto, y que además rebrincaba, por lo que San Román apostó con mucha decisión a extraer los muletazos con poder.
El toro, además, tuvo peligro, pero plantó mucha inteligencia el queretano que terminó por romper y trazar dos series de mucha calidad, con trazos muy largos y templados.
Gran valor puso San Román en el último tramo de la faena, lo que dejó ajustadas manoletinas en la cercanía de tablas. Mató al segundo viaje para cosechar palmas.
Artista, de 510 kilos, de La Venta del Refugio, para Diego Ventura, quien dejó dos rejones de castigo.
Montando a Velásquez dejó la primera banderilla al insistir por el lado derecho, y buscando someter al toro.
La faena rompió y se desataron las emociones y la grandeza, pues con Bronce consiguió momentos únicos que estallaron con la afición.
El caballo siempre dando el pecho, elevó aún más el tono de una faena de gran importancia. Cumbre, el caballo bayo, después en el par sin cabezada, citando en parado y a sólo un par de metros del astado.
Su regreso a Guadalajara fue cumbre y por ello un cierre espectacular con Fado en las banderillas cortas, al final, la corona no llegó con el Rejón de Muerte.
La afición le solicitó la salida al tercio, donde la ovación fue tan grande y rotunda como su actuación.
Gordito, el quinto del festejo, de San Constantino, para Arturo Macías, que saludó a pies juntos, y en el quite, chicuelinas que fueron ovacionadas.
Un comienzo bueno de faena ante el bravo toro de San Constantino que toreó con mando, imponiendo el temple y alargando el trazo con muletazos largos.
Macías supo de las virtudes del toro y lo llevó con suavidad, toreando despacio, en cámara lenta y luciendo por el derecho donde el toro tuvo nobleza y recorrido.
Sin encimarse, al contrario, dando tiempo y espacio y la distancia necesaria para también apostar por el pitón izquierdo, donde ligó muletazos de calidad.
El toro marcó, sin duda, su calidad por el derecho, ahí Macías llevó la muleta con la mano muy baja para ligar una serie más.
Poco a poco todo se fue esfumando debido a que comenzó estando muy encima. Al final, saltilleras con la muleta y fallas con la espada. Palmas
Chirindongo, de 490 kilos, sexto del festejo, también de la ganadería de San Constantino, tocó en suerte a Diego San Román, que plasmó un buen saludo capotero, dejando buenos lances a la verónica.
En el centro del ruedo comenzó su faena ante un toro que mostró poca fuerza. Buscó por el izquierdo, donde consiguió extraer buenos muletazos.
Valiente en las cercanías, con los muslos en los pitones, y así comenzó una verdadera escena de valentía, de entregarse sin miedo en tablas, donde no había espacio para nada más, sólo él y el toro, en una actuación temeraria. Mató de gran estocada para cortar una oreja.
Guapito, de 500 kilos, toro de regalo de San Constantino para Arturo Macías, que se abrió de capa con larga cambiada de rodillas para después lancear por verónicas.
Brindis al picador David Vázquez para comenzar a trazar una faena templada y con calidad ante otro gran toro del hierro de San Constantino que tuvo mucha nobleza.
Por el izquierdo, naturales con hondura, muy largos, series de más de cinco muletazos que tuvieron su sello propio.
Para Macías, el buen toreo le acompañó en esta tarde, lo que dejó también series con clase por el derecho.
Al final, la variedad, toreando de rodillas y con fuerte petición de un indulto. Al final, lo mejor, tirarse a matar, dejando gran estocada para cortar dos orejas.
El toro mereció los honores del arrastre lento. Macías compartió la vuelta triunfal con el ganadero Juan Pablo Corona.
Fotos: Manolo Briones.