La inseguridad, el miedo, el enojo y la desesperación llevaron a los habitantes de El Durazno a exigir la presencia permanente de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional (GN), pues desde este domingo, aquella comunidad de Jerez quedó abandonada.
Los relatos son de horror e indignación: “Desde el 4 de noviembre estamos solos. Hace unos días se llevaron a dos señoritas, acribillaron a un niño, balearon a dos jovencitos, pura persona inocente. Además, aventaron granadas a dos casas y en una de ellas un señor murió calcinado”.
Como en 2021 en otras localidades jerezanas, los ataques de grupos delincuenciales obligaron a los aproximadamente 400 pobladores de El Durazno a dejar sus casas.
“Nos fuimos saliendo de poquito, pero para ayer (27 de noviembre) sólo quedaban tres o cuatro personas en toda la comunidad”, confirmó el delegado Pablo Bañuelos Madera. “Ya no se soportaba el terror, salimos despavoridos”, reprocharon los desplazados.
Sin respuesta
Desesperadas, las familias buscaron refugio con parientes y amigos en la cabecera municipal. Ahora, deben ir y venir para tratar de cuidar sus bienes y, sobre todo, no perder sus cosechas y animales, pues afirmaron: “somos gente de trabajo, un pueblo pacífico que no tenemos por qué pasar por esto”.
Ante la falta de atención del gobierno de Zacatecas y de la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE), este lunes, los afectados se manifestaron en la Plaza de Armas, en la capital, con pancartas en las que se leía: “Ya basta de inseguridad”, “Queremos recuperar nuestras vidas”, “Exigimos regresar a nuestros hogares”.
Bañuelos Madera recordó que los habitantes demandaron reforzar la seguridad desde que guardias nacionales y militares realizaron un operativo que derivó en un enfrentamiento contra delincuentes, lo que acusan provocó más hechos de violencia. “Todo esto pudo haberse evitado”, sentenció.
A un paso
El Durazno está a ocho kilómetros de la cabecera municipal de Jerez y en el entronque de la carretera se encuentra instalado un puesto de revisión. Sin embargo, “son pocas las acciones que toman; tanto el Ejército como la Guardia Nacional sólo van, se dan una vuelta, pero no hay permanencia”, reprochó el delegado.
Lamentó que “las respuestas, cuando se piden inmediatas, no [lo son]”. Ante esto calificó de necesario que fuerzas militares y civiles permanezcan en la comunidad, “porque queremos paz, es todo lo que queremos”.
Después de solicitar sin éxito una audiencia con el gobernador David Monreal Ávila, los manifestantes informaron que, hasta ahora, la única promesa obtenida de autoridades estatales y municipales es que se enviarán cien militares a la localidad, aunque “no de manera permanente”.
Pablo Bañuelos aseguró que, incluso, están dispuestos a asumir los gastos que represente mantener a las Fuerzas Armadas en El Durazno para evitar el desplazamiento forzado de sus habitantes. “Es lo que queremos: permanencia en la comunidad, noche y día”, reiteró.
“Nos dejaron solos, no tenemos más que nuestra voz, es con lo que nos podemos defender y lo vamos a hacer”, insistieron los afectados.
Problema mayor
A decir de los manifestantes, la inseguridad está presente no sólo en su comunidad, sino en toda la zona. “Es una franja que tenemos ahí: en Luis Moya, Los Haro, Miranda y San Nicolás, hay mucha presencia de esta gente [del crimen organizado]”.
Advirtieron que esto ha orillado a más poblaciones a huir de sus hogares, “por proteger su vida”. Los pobladores de El Durazno reclamaron que “la comunidad está indefensa”.
Después de los últimos hechos, denunciaron que “esto es terrorismo” y que no ven esperanza de que las condiciones mejoren, sino al contrario, que “esto va para más”. “No podemos trabajar nuestras tierras. No hay gobierno. Está grave la situación”.