ANIVERSARIO DE LUTO
Se recordará como día de luto el primer aniversario del Plan Zacatecas II, implementado justo entre el 24 y el 25 de noviembre de 2021 por el gobierno de México contra la delincuencia que en ese momento, pensábamos, había rebasado casi todos los límites en la entidad.
Pero un año después, tras la detención de “posibles elementos” de la policía de Pinos, en aquel municipio de la tan dolida zona del sureste zacatecano, asesinaron al coordinador de la corporación emblema de la 4T y del presidente López Obrador, al general que encabezaba a la Guardia Nacional en el estado, José Urzúa.
Mientras tanto, ya se preparan los encargados del acarreo para la marcha de AMLO de este fin de semana y hasta los hay quienes se pelean por las primeras filas. A ver si, en el “festejo” de la cuarta transformación o en el informe de este 1 de diciembre, esta Zacatecas lastimada por la violencia es tema para el de Palacio Nacional. Porque, hasta ahora nada de abrazos, muchos balazos.
CRISIS EN POLICÍAS
A nivel local, no sólo municipios como Loreto y hasta pueblos mágicos como Jerez siguen en la zozobra por la inseguridad, pues es grave la situación que sufren en este momento en Pinos. Ahí, recuerdan las víboras, el propio alcalde, el priísta Omar Téllez, advirtió desde hace tiempo de la necesidad de revisar a la corporación local y que se tuvieran elementos certificados.
Esto, después de que, a inicios de este mismo año, el ex director de la policía municipal fue encontrado muerto en Río Grande y de que, apenas en septiembre, la dieran salida a Diana Barajas de la Dirección de Seguridad Pública, tras graves acusaciones por abuso de confianza y de autoridad.
Lo advirtió el diputado Ernesto González (¡y es de Morena!) esta misma semana: “Varias policías municipales ya están tomadas por la delincuencia y para nadie es un secreto”. Pero, también, los ataques a las corporaciones no cesan: este jueves otro elemento de seguridad fue asesinado a balazos, un agente capitalino. Van más de medio centenar.
DIRECTO A LA UIF
Por cierto que, si el diputado Ernesto González no se acordaba de la Estafa Legislativa, la senadora Soledad Luévano ya le dio un jalón de orejas por la sospechosa pasividad en el escándalo, que escaló a la mismísima Unidad de Inteligencia Financiera, tan respetada por el presidente López Obrador.
Para ello, la legisladora de Morena se reunió con Pablo Gómez, titular de la UIF. Y fue, para sorpresa de muchos, por supuesta solicitud de González Romo, quien estuvo calladito, calladito con el fiscal anticorrupción, Salvador Villa. En eso que llaman la nueva gobernanza, contentos no van a estar.
Y aunque ya sabíamos que medio gabinete está involucrado, Luévano Cantú advirtió que “la secta” del Malestar metió “sus pezuñas” en el saqueo millonario de recursos públicos con empresas falsas, en la sexagésima tercera Legislatura. A ver si, también, el presidente López Obrador opina de sus representantes de la 4T, región cochupos, porque “los avances en las investigaciones son demoledores”, advirtió Soledad. Pero ¿para quién?