Fue un día demasiado ajetreado que me hizo dar vueltas la cabeza, entre el tráfico, el trabajo, en fin… lo único que quería era algo rápido y rico para comer, sin tener que sacrificar la dieta, y qué bueno que me recomendaron Balcón Verde.
El pequeño lugar se encuentra en el 207 de la avenida González Ortega en el centro de la capital, un espacio acogedor y agradable donde comer es una experiencia interesante y saludable.
La cantidad mínima de azúcar y grasas para consentir al paladar componen el menú diseñado por una experta en nutrición que ayudan a llevar una vida más saludable, no sólo para las personas que desean mantener la línea, sino también para diabéticos, intolerantes al gluten o para vegetarianos y veganos.
Los bowls de garbanzo o las hamburguesas de lenteja son los platillos estrella, con pan de la casa, hecho sin leche y sin huevo.
A mí lo que más me gustó (y me impactó) fue el pan dulce, que prácticamente no tiene azúcar, ya que cada postre tiene menos de 5 gramos, sin hacer uso de edulcorantes artificiales.
Otro punto destacable son los precios, pues usualmente la comida saludable suele ser muy costosa. Los miércoles hay comida corrida, por sólo 90 pesos, que incluye sopa de entrada, plato fuerte, agua y postre. Los lunes hay 10 por ciento de descuento en desayunos seleccionados.
Desde las 9 de la mañana hasta las 5 de la tarde, de miércoles a lunes (los viernes cierra hasta las 8 de la noche), Balcón Verde abre sus puertas con comida deliciosa, saludable y para toda la familia.