Se jugó como siempre y se perdió como siempre
Encontrar para todo fracaso un chivo expiatorio:
el secreto para ganar dinero con el fútbol,
sin jugar al fútbol.
Jorge Valdano
Después del empate 0 a 0 con Polonia, la derrota 2 a 0 con Argentina y la victoria 2 por 1 contra Arabia Saudita, finalmente la Selección Mexicana de fútbol no logró pasar a la fase de 8vos de final. Situación que no sucedía desde el mundial de Argentina 1978, cuando perdió los tres partidos de la primera ronda.
Desde hace varios mundiales mediáticamente se ha forzado la expectativa del tan anhelado 6to juego; sin embargo, la Selección nunca ha logrado alcanzar la fase de 4tos de final.
A pesar de que la Selección mayor no ha sido capaz de obtener campeonatos continentales y menos mundiales, a nivel de selecciones inferiores la realidad es considerablemente distinta. Aquí algunos campeonatos:
Copa Mundial de Fútbol Sub-17 (2): 2005, 2011.
Campeonato Sub-17 de la CONCACAF (8): 1985, 1987, 1991, 1996, 2013, 2015, 2017, 2019.
Pero si hemos tenido jugadores de talla internacional como: Hugo Sánchez, Cuauhtémoc Blanco, Giovanni Do Santos, Carlos Vela, etcétera; entonces ¿cuál es la causa por la que la Selección ha fracasado de forma sistemática al intentar obtener campeonatos continentales o tener un mejor desempeño en los mundiales?
No es necesario ser un especialista en fútbol para hacer un breve diagnóstico a este respecto. A bote pronto saltan algunas hipótesis:
El deporte en general y el fútbol en particular en México se encuentran a años luz en términos de formación, detección de talentos, es más si quiera en activación física, por lo que, digamos en comparación con los vecinos continentales, las potencias cuentan con esquemas de formación en deporte desde niveles educativos inferiores que permiten el desarrollo de aptitudes deportivas en los educandos por ejemplo Cuba, Argentina, Brasil.
Buena parte de los jugadores también son responsables de la debacle ya que se ha convertido en una constante la actitud descafeinada y utilitaria, esto pese a que la mayoría de ellos sortearon muchas dificultades y corruptelas para obtener una oportunidad para ascender de fuerzas básicas a los primeros cuadros profesionales
Con mayor peso es que así como prácticamente en todos los países el futbol es un negocio, por tal motivo los intereses de los dueños de los clubes en México, así como los de la Federación están por encima de los jugadores, y más aún por encima de los de la afición; es decir priva el objetivo de vender bien un mal producto. Esta condición ha degenerado en un sistema profundamente corrompido al grado de que derivado del fracaso de la Selección en su última participación la constate de los analistas es que la causa es la infame corrupción que ha controlado al balompié profesional.
Esta actividad es, casi desde su nacimiento, un espectáculo de masas, por lo tanto se debe a la publicidad la cual lleva implícito el engaño con el fin de que acuda el mayor número de espectadores a los estadios o se conecte a los medios, en su caso. Todo eso deriva en una serie de mecanismos para crear falsos sentimientos, rivalidades ficticias y expectativas desbordadas que desembocan en frustración y, en grado extremo, en actos vandálicos, incluso violentos, cuando los resultados son adversos.
Aunque quizá por ahora lo único que sí hay que destacar es la victoria en penaltis de Marruecos a España y el festejo marroquí con una bandera de Palestina.
Finalmente, debemos considerar que México con una población de 130.262.220 personas no fue eliminado de ningún lugar, el equipo de fútbol formado por 22 jugadores, un cuerpo técnico y la directiva dieron como resultado un empate, una derrota y un triunfo, que le generaron 4 puntos en un torneo internacional. Y nada más.