JEREZ DE GARCÍA SALINAS. Ante la situación de inseguridad que se vive en el estado y en el municipio, los profesores aseguran que la situación es insostenible, pues “ser maestro en Zacatecas es vivir en la zozobra”, tanto cuando se trasladan a su lugar de trabajo, como cuando se escuchan las balaceras a fuera de las aulas.
Los docentes de la cabecera municipal y comunidades lamentaron que den clases “en un latente estado de guerra”, lo que se agudiza con la falta de protocolos de seguridad por parte de la Secretaría de Educación de Zacatecas (SEZ).
En una carta enviada a NTR Medios de Comunicación, los profesores expresaron que se vulnera al máximo el derecho al tránsito seguro cuando se desplazan a los centros de trabajo.
Además, nos obligan “a permanecer la jornada completa en la incertidumbre de que tendremos crisis por ataques armados en la periferia de la escuela o en la comunidad”.
Lo anterior, se suma a la titánica tarea de contener a los padres de familia, pues como docentes se tiene la indicación de no entregar a los menores hasta que los ataques armados cesen y sea seguro acudir a las instituciones por sus hijos. Pero, “cegados por el pánico pretenden llevárselos cuando está el clímax de la balacera en las calles”.
Cruda realidad
“Igual o más complicado es tener a los alumnos sin crisis emocionales ante el pánico de todo lo que ven, escuchan y viven a su alrededor, desde los helicópteros sobrevolando a escasos metros de altura de las escuelas, la casa del vecino o familiar baleado, el otro desaparecido o secuestrado…”, afirman los docentes.
También como profesores o amigos les toca ver cómo “bajaron [a un conocido o ser querido] a punta de pistola del vehículo para despojarlo de él o hasta el cadáver que yacía a su paso. El profe que no llega a la escuela porque suspendieron todas las corridas de transporte público porque incendiaron decenas de vehículos la noche anterior en los diferentes caminos, entre tantos más escenarios similares”.
Los docentes reprocharon que desde la SEZ, a pesar del panorama, se insista en “que todo está controlado; que hay que presentarnos a las escuelas”.
También aseguraron que las autoridades educativas los acusan de ser propiciadores de pánico, pero aseguran que no pueden desestimar “la realidad vivida por nosotros y las decenas de padres, quienes piden que se trabaje a distancia, ya que por lo menos durante una jornada se garantiza la vida de ellos y la de sus pequeños. Pero eso, no lo ve nuestro jefe”.
Al final de la carta, los profesores y directivos piden en “grito desesperado” que las autoridades atiendan la situación ante la realidad que los rebasa, ya que “si escuchas y actúas acorde a esta realidad, desacatas la orden institucional; si no lo haces, actúas contra toda realidad vivida y gritada por toda tu comunidad escolar”.