El novillero zacatecano César Pacheco, quien sufrió una cornada grave que pudo adquirir dimensiones mayores, a su paso por La Florecita, tras una semana internado recibió ya el alta médica, abandonado el Hospital Durango, para viajar a la capital de Zacatecas y continuar con su recuperación.
La oportuna intervención dio la posibilidad de atenderlo y evitar mayores daños. Eso sí tendrá al menos que pasar 90 días antes de tener una posibilidad para volver a la actividad física y muchos después pensar en lo taurino. “Ha sido una enseñanza y espero volver más fuerte”, dijo el novillero zacatecano.
“Estoy contento porque estoy con vida, pudo haber sido una tragedia con un desenlace muy diferente. Me toca tener mucha paciencia porque esto es un alto a mi carrera profesional, me duele porque venía de un año importante y ahora, pues, son meses que estaré fuera y lo que no quiere es empezar de cero y que las oportunidades se reduzcan.
“Por lo delicado de la zona no puedo realizar ningún tipo de esfuerzo, mi dieta es sumamente estricta, blanda, los alimentos cocidos, porque no debo esforzar la mándibula para masticar.
“Diario tengo que comer nieve y, de tanto que me gustaba, ya me tiene hartó”, comentó con su característico sentido del humor Pacheco.
Pacheco recuerda el momento del percance: “fue al entrar a matar, el toro me derrotó, en ese momento lo que sentí fueron los dientes que se me cayeron, los escupí, me metí al callejón porque el toro me hizo hilo, no porque me sintiera herido”.
“Me arropó de inmediato el Doctor Uribe y su gente, yo quería regresar al ruedo, pero ellos, siendo conscientes, no me lo permitieron”, rememoró.
Ahora, la mente de Pacheco estará en su recuperación, serán tres largos meses, pero él sabe que “regresaré más fuerte, es un momento para trabajar en mí, para nutrirme y saber que esto es lo que quiero para mi futuro. No pienso en otra cosa que estar bien para poder vestirme de luces nuevamente”, concluyó.