DE NUEVO, CIENEGUILLAS
Ya llegó diciembre y sus narcobloqueos también. La tarde-noche de este domingo, la delincuencia dio cuenta de que organizada sí está, prácticamente tomando la ciudad. Una vez más, la causa fue el Cerereso de Cieneguillas, que desató la violencia dentro y fuera del centro penitenciario.
Incendios y ponchallantas afectaron a viajeros en las carreteras y provocaron temor en la población, mientras desde la nueva gobernanza se informaba que, en apenas una hora, ya había sido frustrado “el intento de fuga”. De película, pues.
Pero nos dieron las 10 y las 11, las 12 y la 1, y el informe fue que no hubo informe, pues, ¡benditas redes sociales!, nos quedamos con el Face de la secretaria de Gobierno, Gabriela Pinedo, y un video del de Seguridad, Adolfo Marín, acerca de “personas y elementos lesionados”, sin más.
Al menos fueron claros en definir que “la situación al interior está controlada”, porque afuera estábamos literalmente en llamas. Y aquí no pasó nada, avisó la Secretaría de Educación, cuya titular fantasma, Maribel Villalpando, podrá suspender clases por el fútbol, pero no por la violencia.
HASTA EL FINAL
Eso sí, de que hace falta que volteen a ver a Zacatecas, ni cómo negarlo. La situación del penal de Cieneguillas es un botón de muestra de las muchas urgencias que tiene el estado, como para que el gobierno de México lo haya mandado a la cola en el reparto de los recursos para seguridad.
¿Cómo es posible, se preguntan los ponzoñosos, que la entidad quedara en el mismo nivel que otros como Yucatán, que presume los índices delictivos más bajos del país? Y aquello de que es por la poca recaudación, pues mire que otros que sí contribuyen, como Aguascalientes o Querétaro, no les fue tan bien como se esperaría, pero tampoco peor que como a Zacatecas.
Situaciones como las de este domingo, afirma el general Marín Marín, son por las condiciones del Cerereso, mismas que ya conoce el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien prefirió venir a hacer campaña, y hasta la de Seguridad federal, Rosa Icela Rodríguez, quien desde 2021 tiene, aunque guardado, un proyecto para un nuevo centro penitenciario. Pues ni que fuéramos Tabasco o el Estado de México, ¿verdad?
JUSTICIA
De no ser porque la ola de violencia no para, se diría que es el colmo que hasta el Tribunal Superior de Justicia del Estado se pronuncie para exigir ¡justicia!, lo que ya ocurrió –como titularon medios nacionales– “otra vez en Zacatecas”.
El homicidio de Roberto Elías Martínez “nos indigna y nos suma al desesperado reclamo de paz”, afirmó el magistrado presidente, Arturo Nahle, luego de que este domingo se confirmara la muerte del juez de control de Río Grande, quien fue baleado en Guadalupe apenas horas después de que iniciara la Feria de la Virgen.
En Zacatecas, quienes trabajan en el Poder Judicial no son los funcionarios fifís que acusa el presidente López Obrador un día sí y otro también. Ni tienen guaruras, como el secretario de Seguridad, Adolfo Marín. “Los jueces son gente muy modesta, con salarios insuficientes”, recordó Nahle García.
Y no es que el alto riesgo y las precarias condiciones para la impartición de justicia sean algo nuevo en la entidad, pero en tiempos de la 4T, región vamos bien, eso no parece ser prioridad.
AVÍSENLES
Hasta el obispo Sigifredo Noriega se volvió a sorprender de los alcances de la delincuencia en Zacatecas y es que el asesinato del juez Roberto Elías Martínez y el del general José Urzúa “nos están diciendo que el Estado no solamente está siendo atacado, sino que está siendo suplido”. Que “ya son otros los que mandan”. ¡Qué fuerte!
Ahora sólo falta que alguien les avise a las autoridades, porque al parecer no se han dado cuenta ni en la cuarta transformación ni en la nueva gobernanza. A cuatro años de la primera y más de uno de la segunda, se agrava la herencia maldita. Y advierte el obispo que no es sólo encomendarse a Dios.
Lo peor es que mientras crece la indignación, que este lunes lleva al Poder Judicial a guardar un minuto de silencio, la postura no se mueve de que “la estrategia da resultados”.
Será por eso que la nueva gobernanza nos salió, ahora sí, muy respetuosa de la división de poderes y el homenaje en el tribunal no se consideró ni siquiera en la agenda de alguno de los secretarios.