COLOTLÁN. Al clamar que este dolor jamás lo vuelvan a sentir más padres del pueblo, los sacerdotes que oficiaron la misa de despedida de las hermanas Daniela y Viviana Márquez Pichardo y Paola Vargas Montoya, expresaron que la postura de la iglesia católica es que se revise el plan de seguridad pública y a las instituciones “porque no vamos bien, no vamos por el camino correcto”.
“No puede ser posible”, expresaron, “que no podamos circular libremente sin el temor o desconfianza de que algo nos pueda pasar”.
Desde la parroquia de San Luis Obispo, repleta de acompañantes y un escenario ataviado de flores y tres globos transparentes que fueron colocados en cada féretro, los sacerdotes oficiantes expresaron que este domingo se unieron en torno a las familias para mostrarles cariño y cercanía, en medio de una angustia casi indecible.
El cura Aurelio Esparza Flores expresó a las familias el saludo del obispo de la Diócesis, Sigifredo Noriega, quien de manera personal habló con los padres de los jóvenes “como ministro del consuelo, aliento y fortaleza de esta tragedia”.
Asimismo, pidió oración “por tantas víctimas de la violencia y por sus familias”; luego recordó la tragedia que comenzó el 25 de diciembre hasta hace unos días cuando se dio a conocer que los jóvenes fueron encontrados sin vida.
“A todos nos ha embargado un sentimiento de dolor, tristeza, impotencia, rabia, porque con su muerte se derrumbaron sus sueños, proyectos y, al mismo tiempo, el agudo dolor que produce en los padres que les arrebaten a sus hijos de esta forma, por demás inhumana y cruel”, expresó.
Mientras los padres se dirigían a la puerta principal para recibir los cuerpos de Viviana, Paola y Daniela, afuera se escuchaba la banda que entonaba la Marcha Zacatecas.
Historia de las jóvenes
Al arribar los féretros, se contó una reseña de la historia de las jóvenes:
Irma Paola Vargas Montoya nació el 6 de junio de 1995, creció en Colotlán y vivió varios años en Guadalajara, donde se recibió como diseñadora de modas; siempre mostró alegría y tuvo más amigos de los que pudo contar por su forma de ser: sencilla y transparente.
El oficiante Omar Alberto Sarmiento García resaltó que ella era espontánea, muy valiente; “gracias por enseñarnos a vivir sin miedo y aprender de los errores”.
Las hermanas Viviana y Daniela Márquez Pichardo nacieron en Jerez de García Salinas, pero hicieron vida en Colotlán, tierra de sus padres.
Daniela nació el 18 de abril de 1991 y desde niña destacaba en ella un espíritu responsable y entregado; al igual que su hermana, estudió en el Colegio Jalisco desde el preescolar hasta la secundaria, mientras que la preparatoria y universidad las terminó en Zacatecas.
El Diseño de Interiores era algo que le apasionaba, incluso, hizo una maestría en Diseño Arquitectónico y esos gustos fueron los que empataron “a la perfección con su prometido José”, con quien tenía los anhelos de combinar habilidades para crear proyectos.
Viviana Márquez nació el 2 de septiembre de 1996; se le conoció como una niña muy alegre, divertida y amorosa, a la que le encantaba bailar, cantar y pintar y conoció a muchos de sus amigos que también hoy lloran su pérdida; ella culminó sus estudios en Guadalajara como maquillista profesional, algo que le apasionaba y por lo que comenzó a trabajar a los 20 años, “convirtiéndose en una de las mejores maquillistas de Zacatecas.
Rumbo al panteón, cientos acompañaron a las familias a dar el último adiós a las tres jóvenes con música de mariachi.
Frente a las tumbas, varias personas expresaron su sentir y en un momento gritaron “ni uno más, ni uno más”.