JALISCO. Ernesto Javier El Calita y Luis David compartieron el triunfo en la primera corrida de toros del Carnaval de Jalos 2023, en Jalostotitlán, que tuvo una gran respuesta en los tendidos. La tarde, si bien fue cuesta arriba por el juego de los toros de Barralva, también dejó buenos momentos por la entrega de los toreros, pues también Diego San Román dio todo al tenerte un lote de contrastes, pero sacando lo más que pudo del primero, al que pudo cortar una oreja de no haber fallado con la espada.
Se gana una oreja
Ernesto Javier El Calita, ante su primero poco pudo hacer, sonando los dos avisos. La cara de la moneda cambió y se convirtió en favorable para la convicción del torero mexiquense que desde el capote dejó las buenas maneras, saludó con cadencia y ritmo, toreando por verónicas.
Lució con vistosidad en el quite y ya en su faena de muleta aprovechó el buen tranco del toro, con transmisión, al que le cuajó muletazos con hondura, largos y templados, firmando la calidad por el derecho.
La rúbrica con la estocada fue muy buena y por ello cortó una oreja.
Faena aplaudida
Luis David Adame, variado con el percal, con entrega, buscando emocionar a los tendidos que se entregó a lo hecho por el de Aguascalientes, que sin duda apostó por no irse de vacío.
El toro le permitió a Luis David construir una buena faena, con el corte de un toreo variado, de sentimiento, con la entrega y el valor que le caracterizan.
Luis David supo cómo emocionar y no dejar nada en el tintero y la afición reconoció todas sus acciones con los olés y con la petición mayoritaria de oreja.
Gran toreo, pero sin oreja
El valor temerario de Diego San Román se puso de manifiesto con el primero de su lote y tercero de la tarde. Diego San Román tuvo variedad en el saludo con el capote.
Con la muleta, San Román apostó con mucha decisión a extraer los muletazos con poder, plantó mucha inteligencia el queretano que terminó por romper y trazar dos series de mucha calidad, con trazos muy largos y templados.
Gran valor ha puesto San Román en el último tramo de la faena, al dejar ajustadas manoletinas en la cercanía de tablas.
Valiente, en las cercanías, con los muslos en los pitones, y así comenzó una verdadera escena de valentía, de entregarse sin miedo, en tablas, donde no había espacio para nada más, sólo él y el toro, en una actuación temeraria.
La espada no fue certera en el primer viaje, y por ello, se escapó la petición de oreja.