JEREZ. El obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, invitó a las autoridades a escuchar a la gente para tomar decisiones en consenso, tras las constantes manifestaciones en contra de las festividades en Jerez de García Salinas.
Expuso que las protestas en el Pueblo Mágico “es una señal de que la gente está despertando, se está manifestando y está exigiendo y eso es muy importante, pues es un ejemplo emblemático para todos los municipios de Zacatecas”.
Aseguró que “las festividades son tradiciones que llevan consigo valores culturales, morales y hasta espirituales; sin embargo, la prioridad es la paz, la protección de la vida y que sólo se hagan las ferias cuando hallan las suficientes condiciones y garantía de seguridad”.
Regresan a El Durazno
El obispo aseguró que desde la diócesis continúa la atención a personas desplazadas, ejemplificó el caso de las familias de El Durazno, en Jerez, que volvieron hace 15 días a sus hogares, junto con su sacerdote, “no con toda la gente, pero sí comienza a regresar”.
Luego de que el templo de la localidad fuera baleado, afirmó que “ya hay las condiciones necesarias para que regresaran a El Durazno, aunque en otras comunidades cercanas, como Santa Rita y Los Juárez, que están sobre la carretera Jerez-Fresnillo, que es el tramo más peligroso actualmente, no las hay”.
“Como iglesia, los padres están muy atentos […] hay familias que piden ayuda para rehacer su vida, ahí lo más bonito es la solidaridad, de pobladores que viven en otros lugares, pero que se apoyan”, reconoció.