La sociedad del algoritmo
Que si al ingresar al buscador de inmediato aparecen aquellos productos de la marca predilecta, al escribir la primer palabra de lo que pretendes encontrar en automático se autocompleta, te sorprendes –tal vez te espantas – y te preguntas si ese artefacto es capaz de leerte el pensamiento… sigue leyendo.
Eso que describo al inicio, son ejemplos bastante elementales que se deben al célebre algoritmo. ¿Qué es? El Diccionario de la Lengua Española lo define como: Conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema. (RAE, 2022)
Sin embargo, los algoritmos han acompañado a la humanidad prácticamente desde las primeras civilizaciones, solamente que su uso se ha potencializado significativamente en la era de la Revolución Tecnológica 4.0
En el presente, toda necesidad que un usuario de la web tiene, se problematiza y resuelve mediante los algoritmos de forma automática. Hay quienes afirman que éstos gobiernan gran parte del mundo, ya que están presentes en prácticamente todo.
La manera en que funcionan es mediante una entrada de instrucción y salida a lo cual se adiciona la inteligencia artificial, con lo cual las máquinas adquieren la destreza de aprender – recordemos que esa es una de las características básicas de la inteligencia artificial- y mejorar estos algoritmos. (Delgado, 2020)
La mayor parte de los contenidos que visualizamos en las redes sociales están definidos por un algoritmo.
Según datos publicados por el sitio Universidad de la Empresa, el reporte de Datareportal en abril 2021, referente al uso de plataformas de redes sociales a nivel mundial, Facebook encabezaba la lista con casi 2800 millones de usuarios, seguida por YouTube con 2300 millones. En 2023 esa tendencia se replica, ya que la red de Zuckerberg concentra 2960 millones de usuarios según las cifras de Statista.
Estos contenidos que los usuarios consumen en las plataformas, son sugeridos mediante procesos que utilizan distintos algoritmos que trabajan específicamente en el marketing digital.
El mismo sitio refiere como ejemplo el algoritmo que Facebook utiliza para la sección de noticias (Feed News), que controla el orden y presentación de las publicaciones que se muestran al usuario (muy relevante para un community manager).
Sin embargo, muchos usuarios desconocen que realmente existen algoritmos involucrados en la selección de publicaciones que aparecen en sus pantallas. Un estudio publicado en 2015, realizado sobre un grupo de usuarios de Facebook, cuyo objetivo era el de examinar la percepción que tenían estos acerca del algoritmo de selección de noticias, halló que un 62,5% del total muestreado desconocía totalmente su existencia. (Universidad de la Empresa)
Es por eso que los sitios que acostumbramos visitar nos sorprenden a menudo mostrando justamente todo aquello que forma parte de nuestros gustos y preferencias. En la era digital desde las aplicaciones que nos orientan acerca de la ruta adecuada a seguir como la asistente de GPS, las sugerencias de noticias en los teléfonos que utilizamos, los videos cortos que se muestran en YouTube o TikTok, todo ello, utiliza algoritmos.
No todo es tan claro en el uso de algoritmos, es decir, aún nos preguntamos cómo pueden codificar lo que es correcto y lo que no. La respuesta se encuentra en ejercer influencia sobre la Inteligencia Artificial, esto es, se entrena a los algoritmos para que logren identificar los contenidos que se han solicitado, por ejemplo para que Google muestre determinadas fotos, el algoritmo es expuesto a las imágenes específicas de tal manera que identifique formas y patrones que se repiten y una vez que ha realizado el análisis de una cantidad significativa de ellas, será capaz de reconocer los patrones que definen esa imagen en cualquier escenario. Suena un tanto complejo ¿Cierto?
Este proceso de aprendizaje de la Inteligencia Artificial no en todos los casos ha resultado positivo, un ejemplo importante está en los errores de reclutamiento de personal que provocó el uso de éstos para Amazon, al excluir a las mujeres definiéndolas como “no aptas” por detectar y aprender un patrón reiterativo de que los hombres eran los idóneos para el empleo, cuando en realidad la causa fue que este sector es dominado aún por el género masculino y la mayor cantidad de CV analizados correspondían a los hombres.