Juana, a sus 86 años, es víctima de Alzheimer y uno de los pocos recuerdos que perduran en su borrosa memoria es el de Diego: su marido, quien perdió la vida en 2021 y a quien sigue esperando en el asilo La Divina Providencia, su nuevo hogar desde hace un par de años.
Ocasionalmente Juana pregunta al viento “¿dónde está el canijo?”, cuando viene a su memoria el recuerdo de Diego, evocación que difícilmente mantiene por su enfermedad, pero es un aliciente que le ayuda a sobrellevar la pérdida de su marido.
Este 14 de febrero, Juanita, como le dicen de cariño en el asilo, le guardó respeto a su pareja al no compartir el baile con nadie más que no sea Diego, para festejar el amor que desde hace 75 años los mantiene juntos, no en vida, pero sí en espíritu y en una memoria que lentamente se desvanece.
Desde Jerez de García Salinas, la pareja fue trasladada a Guadalupe por sus sobrinos, pues de su matrimonio los tres hijos que procrearon se encuentran en Estados Unidos “desde hace muchos años” compartió Juanita.
Sara, su hija, es quien mantiene constante comunicación con Juanita, son esos minutos donde le regala momentos de lucidez al hablar por teléfono desde el otro lado de la línea, ahora que su madre se encuentra sin su compañero.
Este 2023, el asilo habría estado de manteles largos, compartió la religiosa Alicia Delgado Nieto, titular del Asilo de Ancianos La Divina Providencia para festejar sus 75 años de casados; sin embargo, dos meses después de que llegaron al asilo, murió Diego.
No se le pregunta a Juanita sobre Diego, “porque ella, gracias a su Alzheimer, no sufre”, mencionó la religiosa.
“Diego se fue a trabajar”, es lo que le dicen cuando tiene momentos de lucidez y se da cuenta que su esposo ya no se encuentra a su lado.
Fotos: Jesse Mireles