Ensayos para Zacatecas (I)
Vio la luz recientemente la edición del libro Ensayos para Zacatecas, que es una sencilla, respetuosa y propositiva recopilación de textos fidedignos en aras de aportar una perspectiva de determinados temas, materias o ideas en favor de nuestra entidad.
Todo comenzó hace poco más de dos años. A principios de 2021, todavía con los estragos de la pandemia y en medio del inicio de la contienda electoral para renovar gubernatura, Legislatura local y ayuntamientos, de una conversación con otros zacatecanos que en ese entonces radicábamos en Ciudad de México, salió la idea de “aportar algo”.
En aquél entonces, ilusamente pensé que se podían tener fácilmente una serie de propuestas que, sin ningún tinte político, partidista o burocrático, abonaran a la discusión de lo público y dieran una perspectiva diferente a quienes buscaban una posición gubernamental, simplemente con el afán de ayudar por ayudar. “Tengan, esto aportan zacatecanos que tienen conocimiento, experiencia y amor por Zacatecas”, pensé.
Nunca dimensioné todo el periplo de cosas que hay alrededor de un trabajo como este. De una lista de varias decenas de zacatecanos con cierto perfil profesional, gremial, académico y social, quienes al final decidieron apostarle ofrecen cierta diversidad y hasta multidisciplinariedad. Como sea, ya el lector se hará una idea una vez que pueda leer los textos, pero antes, me parece importante precisar dos cosas: primero, no son ensayos académicos con una estructura metodológica y con construcciones científicas; son ensayos sentidos, personalísimos y con formas de escritura diversa.
Segundo, son expresiones que tienen el propósito de ofrecer una alternativa para ver algunos temas y que, incluso, se mantienen a pesar del paso del tiempo. No hay una línea temática, política o crítica particular. Es un conjunto de visiones que suman a robustecer la perspectiva de una mejor forma de atender algunos temas. La única respetuosa sugerencia, simple y sencillamente, es ser abierto en la lectura.
Gracias a Texere Editores por el apoyo. Fue cerca de año y medio de vaivenes, avances y estancamientos, de revisiones, consideraciones y demás. Este primer tiraje es uno modesto, pequeño, pero que gracias a contar con el apoyo, voluntad y guía de Judith Navarro y su equipo de colaboradores, logramos materializarlo en una edición con una portada maravillosa.
La experiencia fue grata, muy aleccionadora. Desde la concepción de la idea, todo ha sido un aprendizaje constante. Me siento muy contento y satisfecho por lograr la publicación, pero ahora sí que todo se lo debo a los colaboradores, a la editorial, a mi familia, pero sobre todo a la virgencita de Guadalupe y al Santo Niño de Atocha, porque a veces nomás no se veía la luz al final del túnel y siempre había algo que limitaba o, bien, ralentizaba el ritmo. Como quiera, aprendí mucho en el camino, pero los créditos deben de ser para muchos, pero principalmente para quienes arrastraron la pluma sin otra cosa más que atender la invitación de un servidor.
Hay algo curioso: a unos ensayistas los conozco personalmente, a otros no. Pero todo se arregló en medios digitales, ya sea en conversaciones a través de WhatsApp o desde las llamadas telefónicas iniciales. Sin conocerme, varios se embarcaron en una aventura que implicaba partir de un puerto, pero sin la certeza de que el barco llegara al destino. Confiaron en el propósito y dedicaron tiempo, esfuerzo y talento a plasmar las ideas que ahora están vertidas en las páginas de la publicación. Por su confianza y participación, ¡gracias de corazón!
Ahora que veo cosas en retrospectiva, recuerdo con claridad cómo empezó la idea de la publicación, cómo se fue desarrollando en lo temático, en lo editorial y hasta en los patrocinios, porque hasta eso hay que prever. Muchos me dijeron que participaban, que apoyarían económicamente: “no te preocupes, Poncho, yo la pago”; “yo le entro, pago la edición y lo presentamos en los municipios, escuelas”; “yo le pongo lo que haya que poner”. Pero a la hora de la verdad, siempre hubo una excusa para evadir el supuesto compromiso.
Es decir, la idea en sus comienzos tuvo muchos entusiastas patrocinadores, pero no pasó mucho para darme cuenta de que era solo “de dientes para afuera” y que subyacía el “hágase su voluntad en los bueyes de mi compadre”. Solo yo sé quiénes son y cómo se echaron para atrás, pero hasta de eso se aprende. Como sea, el que adquirió el compromiso con los ensayistas fui yo y ellos confiaron en un servidor. Por eso y más, nuevamente muchas gracias.
Otra cosa importante: la compilación no es un tema partidista. Es de aportación como sociedad civil, considerando la experiencia, trayectoria y sensibilidad de los autores. Por supuesto, no soy ajeno a que en una entidad como Zacatecas, donde hasta el más chimuelo masca fierro, en cuestiones de sospechosismo gubernamental, grilla política e intereses grupales, o donde hasta lo que no comen les hace daño, pueda haber quien quiera denostar el esfuerzo, pero bueno, eso ya no está en nuestras manos. Lo que ha de ser será…