AGUASCALIENTES. La plaza de toros San Marcos registró más de media entrada este domingo durante la sexta novillada en el serial, en donde se lidió un encierro bien presentado y de buen juego, en general, de la ganadería jalisciense de Cerro Viejo, destacando los primeros cuatro.
Deseos de triunfo
El primer espada, Pedro Bilbao, recibió por delante a Don Lupe; sin embargo, aquél terminó sin entender las buenas condiciones que le presentaba el novillo y aunque sacó algunos buenos muletazos, sufrió un par de achuchones por dar luz en los pases. Deja estocada entera y escucha leves palmas. Palmas al novillo en el arrastre.
Con el cuarto de la tarde lanceó a la verónica a Gurrumino y después de un buen puyazo de Efrén Acosta, invitó a sus alternantes a colocar banderillas. Inició la faena en los medios de rodillas, tuvo momentos de intensidad con la muleta y destacando lo hecho con la mano derecha, cerró el trasteo con manoletinas y dejó una estocada caída que tras la petición del público le fue otorgado un apéndice.
El segundo de los alternantes, Julián Garibay, estuvo bien con la capa delante de Juaye, al que bregó con buen tranco, el trasteo muleteril lo comenzó de rodillas en los medios, de manera valiente, y después instrumentó una faena de buenas hechuras por ambos lados. Pinchó en dos ocasiones y dejó media en el tercer viaje para perder la oreja que tenía bien ganada, escuchando palmas. Palmas al novillo en el arrastre.
Ante Delirio, quinto del festejo, jugó bien los brazos con el capote, pero con la muleta no logró encontrar la lidia al ejemplar de Cerro Viejo, que manifestó genio en su embestida sin dejar de mostrar voluntad y entrega. Pinchazo y estocada contraria. Palmas.
Rubén Núñez recibió a Píldoro con larga cambiada en tablas de rodillas, mientras de pie dio buenos lances; clavó las banderillas con tal alegría que contagió al tendido; con la muleta tuvo momentos de lucidez, con la diestra que fueron calando en los asistentes, terminó el trasteo con joselillinas y dejó tres cuartos de acero en buen sitio para recibir una oreja tras la petición del respetable.
Ante cierraplaza, de nombre Glorioso, poco pudo hacer por la brusca embestida del novillo; aun así, dejó la voluntad manifiesta y los deseos de triunfo, rescatando algunos pases con gran entrega. Estocada entera y vuelta al ruedo.