El retorno a actividades presenciales en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) no ha sido precisamente miel sobre hojuelas, para aquellos que fueron electos en un proceso electoral virtual ilegal. Cuando compitieron en ese proceso tenían la esperanza de que nunca regresáramos a presenciales, porque no es lo mismo dirigir una universidad desde la comodidad de Internet, a estar haciendo frente a los problemas.
La universidad en las aulas y en los pasillos no se compara a la universidad en línea; no llevan dos semestres en presencial cuando ya los conflictos salen a flote y la incapacidad de las autoridades para resolver es evidente.
El conflicto en Odontología, cuando parecía tener una salida viable, se entrampa. Las preparatorias han atravesado por varios conflictos, remoción de responsables de programa, denuncias de estudiantes no atendidas, quejas de los padres de familia en contra de la indiferencia de las autoridades, más los que se acumulen, como el engrandecido conflicto sindical por la falta de sensibilidad política del actual Comité Ejecutivo.
Todo lo que sucede en la universidad tiene graves repercusiones en Zacatecas y Guadalupe, así como en transporte y el comercio. Pero también en los municipios, porque los padres y madres de familia hacen grandes esfuerzos para mandar a la juventud zacatecana a estudiar y, desafortunadamente, sus hijos no reciben la formación esperada.
Pero, ¿Quién es el responsable? No son las y los maestros que reclaman sus derechos, son las autoridades, por la falta de sensibilidad, porque quien violenta los derechos es la autoridad, quien no quiere resolver los problemas ni respetar el contrato es el rector y, quien se ha encargado de no defenderlo es el Comité Ejecutivo.
Bajo esa tesitura, es importante que la sociedad lo sepa, porque quienes exigimos el respeto de nuestros derechos enseñamos al estudiantado universitario a partir de la lucha. Y han agotado los canales institucionales sin recibir respuesta. Esa es la causa de que se tomen medidas que pudieran ser radicales pero que, en realidad, no es más que el ejercicio de un derecho. La defensa de la estabilidad laboral, la defensa de sus derechos laborales.
Sí, las quejas han sido canalizadas por las vías legales, pero no han sido atendidas porque esta administración se mueve en una total ilegalidad.
Violentan toda normatividad, realizan una elección ilegal, entregan nombramientos sin apegarse al procedimiento contractual e ignoran las peticiones que se llevan a cabo por la vía legal.
Muchos infiernitos están encendidos y el único bombero que los puede apagar está tan encerrado en su propio ego que, no está dispuesto a escuchar, mucho menos a resolver.