TEXCOCO. Héctor Gutiérrez no cortó las orejas este domingo en su paso por Cinco Villas, aunque los trofeos fueron algo secundario, pues dejó más que eso: el aroma del buen toreo y una faena cargada de notas finas, el sentimiento que se convierte en arte. A nadie le queda duda del potencial que posee el torero de Aguascalientes, un artista fino, elegante, poderoso y capaz de torear con ese empaque profundo.
Un buen toro de Pozo Hondo fue su primero, al que le realizó una faena de esas que tocan las fibras más sensibles, de las que unifican criterios. Con paso grande, firme, sereno y pausado, Gutiérrez levantó la mano para demostrar que el nivel de los jóvenes mexicanos está en lo más alto.
Palmas para El Payo
En esta jornada, Octavio García El Payo y David Galván también dejaron momentos importantes, ya que aquilataron detalles de muy buena calidad, aun sin cortar los trofeos. Asimismo, merece una mención la entrada registrada en la bella plaza de toros ubicada en Texcoco, donde a pesar de los casi 30 grados, se disfrutó de una tarde de toros con diversos matices.
El Payo abrió la plaza frente a Palmeño, de 510 kilos, de la ganadería zacatecana de Pozo Hondo, a quien lanceó con mando para rematar con pinturera media. En la muleta se encontró con un toro al que había que cuidar mucho por la justa fuerza, y así lo entendió el queretano, que muy despacio lo toreó, con mucha suavidad en los trazos fundidos por pitón derecho y también con el temple, así hasta llevar a Palmeño al natural.
Calidad tuvo el astado, pero El Payo mostró temple, lo cual cuajó el empaque y torería, con el tiempo y la distancia requeridos. La espada permaneció muy caída y por ello no tocó pelo. Palmas. El toro aplaudido en el arrastre.
El brindis de la tarde
El segundo del día fue también de Pozo Hondo: Fandango, de 502 kilos, ofrecido para David Galván, quien lució de buena manera cuando se abrió de capa. Emotivo brindis presentó el torero a los integrantes de la Casa Hogar Divina Providencia. Muy pausado el comienzo de faena de Galván, con un toro que ha tenido ese fondo, pero que careció de esa transmisión.
Los procedimientos de Galván fueron los adecuados y pudo sacar los muletazos de buen corte. Por el derecho, el pulso con ese corte de toreo artístico, dando también el tiempo requerido al toro que al final se quedó en tablas. Mató de estocada certera y aunque hubo petición no se concedió, dando una vuelta al ruedo.
Gutiérrez vs Viajero
Viajero, de 498 kilos, para un convencido Héctor Gutiérrez que con el capote desplegó cadencia y ritmo por verónicas. Desafiante quite por tafalleras y temerario inicio de faena de rodillas. Cuánta verdad puso el hidrocálido con un toro serio, bravo y emotivo, al que cuajó con mando y poder.
Un toreo por naturaleza soberbio, con esa transmisión de las buenas notas, si bien los trazos tan largos se complicaron ante un toro digno de la cabaña brava zacatecana, que humillaba como metía la cabeza en los vuelos de la muleta. Cambios de mano portentosos, con entrega y mando, siempre dando más. Estocada caída y un golpe de descabello. Mayoritaria petición no concedida. Vuelta al ruedo.
Nopalito y Actrón
El cuarto de la tarde, Nopalito de 468 kilos, fue para Octavio García El Payo, quien con mucha suavidad comenzó su faena. El toro de Pozo Hondo acusó la poca fuerza, siendo además deslucido y soso. Lo buscó por ambos pitones, dejando en claro el esfuerzo con detalles. Palmas.
Actrón, de 528 kilos, quinto del festejo y segundo del lote de David Galván, fue toreado por éste de buena manera por verónicas. Una faena donde tuvo los detalles de calidad y cosechó palmas. La cadencia y ritmo con el capote de Gutiérrez se estrellaron con las pocas opciones que ofreció el segundo de su lote.