VALPARAÍSO. Con la presencia del obispo de la Diócesis de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, este martes se llevó a cabo la consagración del altar y dedicación del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe ante la presencia de 1 mil 500 creyentes provenientes de las comunidades del municipio.
Lo anterior, luego de concluir con la rehabilitación del techo debido a las malas condiciones en las que estaba.
Además, se construyó un nuevo altar de cantera, el que fue consagrado por el obispo, luego de que el alcalde Eleuterio Ramos Leal le entregara las llaves del templo.
En la ceremonia, el presidente municipal resaltó que el templo se logró gracias a la aportación de los migrantes, mediante el programa 2×1.
Enfatizó que se entrega esta construcción “con el deseo de que sea utilizado para la oración, la promoción de valores y particularmente fomentar la cultura de la paz que mucha falta le hace a Valparaíso y a todo México”.
Cabe mencionar que en la reconstrucción del templo se invirtieron 5 millones de pesos, en una primera parte aportados por los migrantes, y en la segunda etapa el ayuntamiento concluyó los trabajos.
UN MENSAJE DOBLE
Por su parte, el obispo de Zacatecas resaltó que la consagración se realizó en el día de la Asunción de María, por lo que “espero que acudan todos a escuchar con fe la palabra de dios”.
Sigifredo Noriega inició la ceremonia con la bendición del agua, con la que “serían rociados, en señal de penitencia y, en recuerdo del bautismo, con la que se purificarán los muros del nuevo altar y los muros de la iglesia, por el cual, lavados en Cristo, lleguen a ser templo de tu espíritu”, precisó.
LLAMADO A LA PAZ
El obispo hizo un llamado a los fieles para que reflexionen sobre la situación que “todos sabemos que estamos pasando, las dificultades que tenemos para vivir en paz”.
Sabemos, dijo, lo difícil que es la sequía porque a todos nos afecta y si entramos en cada familia sabríamos de sus dificultades y retos.
“¿Qué tenemos qué hacer para construir la paz? Hacer como María, salir a servir a quien lo necesita, así se soluciona todo, así se construye la paz”, precisó el líder religioso durante el sermón de la misa.
Consideró que todos podemos ser sembradores de esperanza, encontrar corazones abiertos a las necesidades de los hermanos “y vaya que tenemos necesidades”.
TODOS SON BIENVENIDOS
En la consagración de este templo como santuario, Sigifredo Noriega mencionó que “en cada ocasión que acudan a recibir la palabra, se encontrarán con una casa de todos, con puertas amplias, anchas y altas que indican que están abiertas para todos. Y todos cabemos aquí en esta iglesia”.
Por lo anterior, celebró la solemnidad y el compromiso que seguirá después de este ritual.