Lo bochornoso del título español
El futbol femenil tuvo un momento lamentable durante la premiación de la Selección de España, cuando Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), besó a Jennifer Hermoso.
La jugadora de las Tuzas del Pachuca recibió un beso en la boca por parte del federativo, acto que fue condenado en redes sociales y repudiado por la jugadora.
Ante este lamentable hecho, Rubiales hizo un video pidiendo “disculpas”, aunque escudándose en el entusiasmo del momento.
“Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer, porque fue en un momento de máxima efusividad, sin mala intención ni mala fe, y pues ocurrió lo que ocurrió de manera muy espontánea”.
Estas declaraciones, lejos de remediar el acto, han causado más molestia entre las jugadoras profesionales, quienes han hecho el llamado para que la RFEF destituya del cargo al directivo.
La capitana de Suevia, Caroline Seger, exigió la separación del cargo de Luis Rubiales y acuso a la federación española de tibieza sobre el tema.
“Es terrible e inaceptable. No entiendo cómo puede pasar. Quiero que todo el mundo reaccione. Hay claros problemas en la Federación de España”.
Y la exigencia es más que entendible, ya que parece increíble que en pleno 2023 se sigan dando estas expresiones que vulneran la integridad de jugadoras.
Si esto pasa allá…
Si esto pasó en una premiación de la final de la Copa del Mundo de la FIFA, donde se tienen todos los reflectores, nos queda preguntarnos: si esto pasa allá, ¿qué se puede esperar en otras latitudes del futbol femenino?
Y es que recordemos un caso reciente, el de Scarlet Camberos, la jugadora del Club América Femenil, quien tuvo que dejar a las Águilas por el acoso de un aficionado.
Incluso el equipo exigió a la Fiscalía de la Ciudad de México la intervención oportuna; sin embargo, el sujeto siguió acosando a otras jugadoras.
Quizás éste sea uno de los casos más mediáticos, pero también podría ser un parteaguas para que más jugadoras profesionales develen casos similares, que han tenido que callar por continuar con una carrera en el futbol y por el temor de que se les imponga un estigma social.