CIUDAD DE MÉXICO. ¡Cada que termina uno de los shows de Taylor Swift, como parte del The Eras Tour 2023 en el Foro Sol, el caos prolifera alrededor del lugar, desde el tráfico, los vendedores, los papás que van por sus swifties, los policías y hasta los «amigos de lo ajeno».
Tanto el jueves como el viernes, en la víspera de la media noche, concluyó el espectáculo de la estadounidense de 33 años y los más de 50 mil asistentes por noche quisieron salir rápido o a tiempo y fueron partícipes de un caos protagonista.
A los taxistas les dio por subir al doble o triple a sus tarifas en cualquier dirección, y quienes se apresuraron al metro solo consiguieron empujones y apretujones. El horario de apertura se prolongó hasta la una de la mañana, una verdadera ventaja para muchos usuarios.
Los asistentes más relajados salieron cantando, bailando y hasta resignados a caminar largas distancias para pedir un Uber con tarifa distinta, o incluso, conseguir transporte colectivo que los sacara de la zona encarecida por la demanda.
A los vendedores ambulantes de comida, souvenirs no oficiales o bebidas, les tocó casi esconderse de los policías y de los que «dirigen» a los encargados de los puestos fijos, quienes les cobran tarifa extra si ven que les va «bien» en las ventas.
Todo vendedor, según contaron ellos, paga 250 pesos por puesto a la delegación, mientras que los que están instalados de fijo pagan 500 y los ambulantes, mínimo deben darles 100 pesos.
A quienes les ha tocado vivir los apretujones al final de shows masivos como estos, saben que hay «amigos de lo ajeno» que tienen modus operandi conocido: usan chamarras súper voluminosas, van de tres a cinco, y cuando se le pegan a alguien es porque vieron que acababa de guardar su celular o su cartera y uno de ellos trata de meter mano haciéndole montón.
Esto es tan conocido por muchos vendedores, que algunos ya identifican a los que se dedican al robo y hasta previenen a la gente. Incluso los organizadores ponen una grabación en altavoces que repiten que deben cuidar sus pertenencias y ponerlas al frente, y que no se distraigan, tal como se estila en el metro.
Quienes no se salieron cinco o seis canciones antes de que concluya el show, se arriesgaron a tardarse más de una hora en salir de la zona, porque además de las distancias, se quedan en el post copeo, atorados en el tráfico y la caminadera de la audiencia; sin mencionar que muchos acompañantes que van por sus swifties, hacen doble o tercera fila en Viaducto o Churubusco.
La noche del viernes, muchos de los fans de Taylor Swift, que no pudieron entrar al concierto, se apostaron en la puerta 5 del foro para ver si alcanzaban a captar la salida de l estrella… sin conseguirlo.
Deja buena derrama económica
Los negocios de los alrededo del foo donde se presentó Taylor Swift, desde las panaderías y las pozolerías, hasta los tacos y las discotecas, celebraron el éxito económico que les dejó la presencia de la multiganadoras del Grammy, porque les fue muy bien en ganancias.
Muchos de los fans que salieron el viernes del concierto se quedaron en los alrededores del lugar a tomar cerveza, cenar o simplemente seguir la fiesta en establecimientos cercanos, que habían anunciado estarían disponibles hasta las 3 de la mañana.
Varios de los encargados de puestos de souvenirs y mercancía no oficial dijeron que desde Harry Styles no tenían tan buena venta, y lo que más se les vendieron fueron pulseras de la amistad, playeras y pines.
A los que mejor les fue, dijeron, fue a quienes cargaban celulares, vendían kleenex para el baño y guardaban paquetes, y los que no tuvieron tanta venta fueron lo que tenían ponchos para la lluvia.
Clarisa Anell Soto
Agencia Reforma