ZACATECAS. Un grupo de vecinos espera en el entronque de la avenida Nezahualcóyotl y Tránsito Pesado el paso del tren que partió a las 13 horas desde Aguascalientes para entregar bebidas y alimentos a los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos.
Llegan desde un par de horas antes del paso del tren para solicitar alguna moneda a los choferes que circulan por la zona, con la intención de comprar más comida y agua que será entregada a quienes viajan en el ferrocarril.
En tanto unos piden dinero junto a las vías aprovechan que los vehículos bajan la velocidad y con cartulinas, donde se lee: “La Pimienta con los migrantes”, en todo lo alto tienen la esperanza de crear conciencia de las necesidades de quienes viajan a bordo de “la bestia”.
Desde un par de kilómetros el silbato comienza a lanzar advertencias para que los vehículos detengan su marcha y sean arrollados por la pesada máquina, desde la distancia varias siluetas se dibujan en lo alto de los vagones.
Quienes aguardan al pie de la vía toman en sus manos bolsas repletas de comida y botellas con agua. El ruido del silbato del tren es un estruendo conforme está más cerca; varios automovilistas aceleran con tal de ganar el paso a la pesada máquina.
Los ojos atentos de un puñado de personas se clavan en el horizonte, escuchan atentas el golpeteo de las ruedas sobre los rieles, ven las sombras de hombres y mujeres que comienzan a extender las manos para recibir un poco de agua y alimento.
Una mano arroja con fuerza una botella de agua que cae a un costado de los viajeros, quienes ávidos la levantan para evitar que ruede, una mano se extiende y otra, a toda prisa, toma una bolsa de alimentos.
Estas acciones se repiten una docena de veces, gritos de agradecimiento surgen a lo largo del tren, en tierra otras más suspiran aliviadas y lanzas bendiciones. “La bestia” sigue su paso y su maquinista apenas se entera de lo ocurrido.