Innovación y ciencia, en un laberinto
La innovación y la ciencia son (lo dicen todos los expertos) el motor que define en la actualidad la producción de riqueza, el mejoramiento de la economía y el aumento del bienestar en una sociedad. Sin estos componentes no hay absolutamente nada. ¿Pero cómo estamos en este ámbito en el estado de Zacatecas? ¿Nos desenvolvemos, quizá, en un laberinto complejo y con pocas razonables salidas?
Existen metodológicamente varios procedimientos y enfoques para analizar la situación de la ciencia en Zacatecas. Se puede hacer desde varias dimensiones y entre otras destacan las siguientes: 1). Apoyo presupuestal, 2). Infraestructura, 3). Educación de calidad y excelencia, y 4). Número de investigadores y comunidades científicas. Comencemos por esta última.
De acuerdo con el ranking nacional relacionado con el número de científicos en el país con reconocimiento en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Zacatecas se encuentra en la posición número 22 de 32 lugares, según el más reciente reporte (2023) publicado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt).
Zacatecas concentra el 1.2 por ciento del total de investigadores con reconocimiento en la República, ubicándonos en consecuencia en los últimos 10 lugares nacionales.
Para que haya estímulo a la innovación y producción de conocimiento científico se requieren al menos cuatro condiciones: I). Educación de calidad, II). Investigadores y comunidades científicas sólidas y suficientes, III). Apoyos presupuestales justos, y IV). Sensibilidad y comprensión de las élites políticas para apoyar este renglón prioritario para el desarrollo.
Del total de investigadores pertenecientes al SNI (más de 35 mil), el 69 por ciento de ellos se localizan en nueve entidades de la República (de acuerdo con datos del Conahcyt), y son las siguientes: Ciudad de México (33%), Jalisco (6.5%), Estado de México (5.6%), Nuevo León (5.0%), Puebla (4.5%), Baja California (3.9%), Guanajuato (3.6%), Morelos (3.3%) y Veracruz (3.3%).
Esta radiografía demuestra el fenómeno de concentración, no solo del número de investigadores en algunas entidades del país, sino también del destino de los recursos económicos, que tendrá que modificarse para alentar el desarrollo regional de manera más justa y equilibrada.
Pero eso no es todo. En materia de políticas presupuestales, el capítulo de innovación y ciencia recibe en el presente una trato irracional y poco valorado en el Congreso del estado de Zacatecas.
Ahora que iniciamos la ruta, hacia finales del presente año, en noviembre para ser precisos, de la discusión del presupuesto de egresos para el ejercicio fiscal del 2024, será pertinente que se le dé más atención y se trate el tema con justicia.
La transformación de Zacatecas, para contar con una economía moderna (posmoderna, diríamos) reclama de tres cosas: a). Uso de tecnología emergente propia de La Cuarta Revolución Industrial; b). Estímulo a la innovación científica, y c). Una oferta de enseñanza de calidad, en todos los niveles, y, sin duda, en la educación superior.
Requerimos en Zacatecas un sacudimiento profundo, una especie de revolución en favor de la ciencia, la innovación y la educación de calidad, si es que deseamos cambios sustantivos en la economía y la estructura productiva.
Inversión en ciencia
La inversión en ciencia en Zacatecas es realmente marginal y poco relevante. Se tiene que modificar esa inercia y apoyarle en forma decidida.
Las sociedades del primer mundo lo son porque destinan grandes cantidades de recursos y cuentan con comunidades científicas numerosas, sólidas y prestigiadas.
El Instituto de Estadísticas de la Unesco documenta que Estados Unidos cuenta con un padrón de más de 2.7 millones de científicos y China con 2 millones de investigadores. Japón y Corea del Sur registran más de 400 mil y 300 mil, respectivamente.
Los países que son líderes en apoyo para investigación y desarrollo (I+D), en relación con su PIB, son los siguientes: Israel 4.6%, Corea del Sur 4.5%, Suiza 3.37%, Japón 3.20%, Alemania 3.04%, Estados Unidos 2.8% y China 2.3%. México solo canaliza el 0.38%.
La revolución de la ciencia
La última gran revolución de la ciencia que registró nuestro Estado, la experimentó, tal vez, hace más de 100 años, de la mano de José Árbol y Bonilla, quien fuera además director del Instituto de Ciencias, antecedente de lo que ahora es la Benemérita Universidad Autónoma de Zacatecas.