APULCO. Entre el fuego cruzado por los constantes enfrentamientos de grupos criminales, personas que son arrebatadas de sus hogares o asesinadas, así como el temor diario que implica sentirse vigilados por los criminales, así viven los habitantes de Apulco.
En la plaza principal no hay plática que no desemboque al tema que más les preocupa: la inseguridad, pues desde hace seis años existe la presencia de dos grupos antagónicos de la delincuencia organizada, aunque desde hace dos el intercambio de disparos es “el pan de cada día”.
“Con que [las autoridades] vengan una sola noche, solo una y desde la azotea vean lo que pasa, pues esto está a todo lo que da. O que solo vean los agujeros de los balazos que están por la presidencia o por la iglesia”, sentenciaron.
SIN AUTORIDAD
Con la presencia de sujetos armados, los pobladores aseguran que la economía ha mermado, pues “los criminales tienen el control de todo, no permiten que el ayuntamiento haga su trabajo”.
Lo anterior, ya que señalaron que si las autoridades municipales hacen algo “sin permiso” se enfrentan a amenazas o ataques, pues “dicen que asesinaron al titular de Agua Potable y que desaparecieron a otro trabajador, pues desde hace rato que no se les ve.
“[Es así que] el ayuntamiento se ha convertido en una administración prácticamente de mujeres. Excepto el de Obras Públicas. Además, solo una puerta de la presidencia permanece abierta y se ve poca gente haciendo un trámite, todo por los malos”.
En tanto a la alcaldesa Yanet Morales Huízar “sabemos que existe, pero no la conocemos. Dirige bien desde donde despacha, [pero está] escondida por temor y por los ataques en contra de ella y su familia”.
Los pobladores de Apulco indicaron que cuando “la cosa está más calmada, uno puede salir a Nochistlán de Mejía a hacer sus mandados o si el asunto es urgente hay oportunidad de ir a Zacatecas.
“Aunque uno no debe moverse ni muy temprano ni muy tarde, porque luego uno queda varado en los caminos debido a las balaceras, que pueden durar de una a tres horas, si bien nos va”.
Salir por Teocaltiche rumbo a Aguascalientes o Zacatecas es un riesgo inminente, pues “te puedes encontrar un enfrentamiento, quedarte entre un fuego cruzado. Por eso es mejor decirle a nuestra familia de fuera que no vengan a visitarnos”.
“NOS TIENEN FICHADOS”
A pocos kilómetros sobre la glorieta de Apulco se ubica Teocaltiche, Jalisco, donde los zacatecanos tienen la vuelta obligada y “el miedo se respira, pues se siente la atmósfera pesada, densa; eso mismo se sintió hace algunos años en Nochistlán. Ahora es más ligero, porque nos acostumbramos a ver esas personas que sabemos que no son del gobierno, pero andan armadas y transitan en vehículos no oficiales”.
Explicaron que en Hueco, un pueblo vecino a Teocaltiche, es donde más se observan a los sujetos armados y donde hay más balaceras, pero ya nadie reporta los choques criminales, pues “los malos se encargan de rastrear celulares y si te cachan en la movida mínimo sí te llevas una buena golpiza”.
Por lo anterior, aseguran que “estamos bien vigilados. La situación es preocupante en el sentido de que ya no puede uno estar saliendo de Apulco con confianza.
“Cambiar de troca no es una opción, porque nos tienen vigilados de día y de noche, pues saben perfectamente quiénes son las personas que transitan por aquí, cuál es el vehículo y si por algo no ven una camioneta conocida, nos siguen y hasta que no verifican: ‘ah, es fulano de tal’, no nos dejan en paz. Estamos bien fichados”.
UN RETO, IR A LA ESCUELA
Los pobladores de Apulco relataron que cuando se escuchan los disparos durante la mañana, los padres de familia deben decidir si envían o no a los niños a la escuela, aunque “uno ya sabe que no le pondrán su falta, porque ya sabemos cómo está la situación y nos ponemos de modo”.
Es así que tras la pandemia y por la inseguridad se estima que ha disminuido en 50 por ciento el número de alumnos que acuden a la secundaria y al Colegio de Bachilleres, debido a que varios menores solían acudir desde varios municipios y comunidades cercanas, pero ya no lo hacen por miedo.
“Uno que manda a los muchachos a la escuela sabe que ya no hay celebraciones, ni desfile del 20 de Noviembre, desde hace dos años, tampoco hubo el 16 de septiembre, pues no hay quién organice”, comentaron los habitantes del municipio.
POCA AYUDA MILITAR
Los habitantes de Apulco reconocieron que desde 2019 hay un destacamento del Ejército Mexicano, “pero con todo respeto, nada más sirven para embarazar a las mujeres”.
Señalaron que de nada sirve su presencia, pues “es evidente que cuando ocurren enfrentamientos, como sucedió la semana pasada, ellos no estuvieron. Siempre llegan a las dos o tres horas después, ya para qué”.
En la reciente visita del gobernador David Monreal Ávila al municipio, los pobladores aseguraron que se vieron muchos uniformados, pero en cuanto se va el mandatario “prácticamente desaparecen”.
Cuando estuvo en Apulco, el gobernador se comprometió a construir un destacamento de la Guardia Nacional (GN), pero “una cosa es lo que se diga y otra la que vivimos todos los días.