Todo por ver al equipo
Recientemente se jugó la final de la Copa Libertadores de América y un video se hizo viral, en el que un niño argentino relata que rifó su Play Station y la motocicleta de su papá para ir a ver a Boca Juniors al Maracaná.
De inmediato inició una discusión en redes sociales sobre el sacrificio de vender todo para ir a ver un partido de futbol, donde, por cierto, Boca Juniors perdió ante el Fluminense.
Pero ésta es solo una historia de tantas que viven esos locos apasionados que dejan todo por ir a ver al equipo de sus amores; y yo los entiendo.
Porque cuando quieres estar en ese momento histórico, tal y como lo es una final de Copa Libertadores, piensas con el corazón y haces lo posible por hacer ese viaje.
En mi caso muchas veces, estando chavalo, y no tanto, busqué (y he buscado) la forma de viajar para ver al equipo de mis amores, aunque no se juegue una final. Todo vale por la experiencia.
Por la experiencia
Al chico de Boca le llovieron los memes, como esos que decían “sin Play, sin moto y sin Copa Libertadores” … pero con la experiencia, porque los argentinos hicieron un carnaval en las playas de Copacabana.
Es bien sabido que durante una semana hubo enfrentamientos entre las aficiones del club argentino y el brasileño; sin embargo, hay momentos rescatables, y el pequeño lo dijo: “pero esto es Boca”.
Tremenda expresión que engloba esta parte de la experiencia, porque se gana y se pierde, y él estuvo ahí en un momento que llevará en su memoria y corazón.
Y es que en la modernidad nos han enseñado que lo material vale más que los momentos o las experiencias que quedarán en los recuerdos personales, para luego convertirse en pláticas con otras generaciones.