SANTIAGO CUAUTLALPAN, ESTADO DE MÉXICO. Un cartel de gran expectación fue el que se celebró este domingo en la Plaza de Toros Cinco Villas, pues se reunió una tercia de mexicanos que se encuentran en la búsqueda de llegar a la cima: Leo Valadez, Diego San Román e Isaac Fonseca.
La corrida inició con un lleno hasta la bandera y un reconocimiento al empresario Marco Sirvent, que tras el paseíllo dio una merecida vuelta al ruedo, pues este día cumplió 12 años este bello recinto que ha dado seriedad y grandeza a la fiesta brava en México.
El idilio de Fonseca
El triunfador de la tarde fue el torero michoacano Isaac Fonseca, que cortó dos orejas a un gran toro de la ganadería de José Barba, merecedor de los honores del arrastre lento.
La faena le dio la posibilidad a Fonseca de ligar su ¡sexta salida a hombros de manera consecutiva! Fonseca está que no cree en nadie y así lo demostró tras una faena de gran calidad, de ir evolucionando y sobre todo de dar golpes sobre la mesa. Los triunfos no los ha dejado escapar.
San Juanero, de José Barba, de 470 kilos, fue el toro que cerró plaza y el que permitió el idilio de Fonseca con la gran afición de Cinco Villas, que hoy disfrutó en grande de su actuación.
Ya con su primero dejó la miel sobre los labios: Republicano, de Teófilo Gómez, fue el nombre de este toro con el que no estuvo certero con la espada, y aunque hubo una ensordecedora petición de oreja, el Juez de Plaza no la concedió, dando tras el clamor del público, dos vueltas al ruedo.
Valor y pundonor
Diego San Román y el buen saludo con el capote a su primero, de nombre Recordado, del hierro titular de Teófilo Gómez.
El toreo de valor y pundonor que le caracteriza se hizo presente en la muleta, pues el toro fue a menos con prontitud y obligó al queretano a acortar las distancias, a inventarse la faena, a base de esa cercanía, de estar por encima con la cabeza fría, pero con el alma ardiendo.
Como cada actuación, darlo todo se convierte en la batalla que termina por ganar San Román, quien pasaportó de gran estocada para cortar una valiosa oreja con petición de la segunda, que el Juez de Plaza no concedió.
Poco pudo hacer San Román con su segundo, Poca Pluma, de 500 kilos, un ejemplar de poca transmisión que regateó las embestidas, quedando en claro el esfuerzo y deseo del torero, que terminó por robar pases de mucho mérito.
Al final, la gente reconoció su enorme esfuerzo y entrega, siendo ovacionado en el tercio.
Una faena aquilatada
Leo Valadez perdió la posibilidad de tocar pelo por las fallas con la espada. Firmó una buena actuación con el abre plaza, de nombre Saturno, de Teófilo Gómez, al que saludó con cadencia y mando por verónicas.
Una faena aquilatada por la clase y el reposo, ligando series con muletazos largos y templados por el pitón derecho, que tuvieron el lucimiento y reconocimiento del público.
También Leo lo toreó por el izquierdo, aunque el toro tuvo menos calidad por este pitón. Variedad imprimió también con el toreo en redondo, y al final pinchó esta buena labor, con la que fue ovacionado.
La historia no fue la misma con su segundo, el cuarto del festejo, un toro que no ofreció ni calidad ni transmisión; este toro fue Gran Amigo, de José Barba.