Economía Circular y Tecnología: binomio imprescindible para la sostenibilidad
Una de las conversaciones serias que más he escuchado en los últimos años, refiere a una preocupación de los padres y madres de las nuevas generaciones, respecto del “mundo que dejarán a sus hijos”, al pensar que su vida transcurrirá en medio de la incertidumbre, tal vez marcada por una transformación drástica en las condiciones de la naturaleza y las oportunidades para acceder a una vida digna.
Pero este desasosiego no se queda en la esfera individual o de ciertas familias. Una de las grandes inquietudes actuales que figuran en la agenda mundial, es la sostenibilidad y, aunque parece novedoso, es un concepto que nació en 1987. Fue definido por la Comisión de Brundtland de las Naciones Unidas como “lo que permite satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de las futuras generaciones de satisfacer sus necesidades propias” (Naciones Unidas).
Actualmente en el mundo, casi 140 países en desarrollo buscan satisfacer sus propias necesidades de progreso, pero con la creciente amenaza del cambio climático se ha vuelto indispensable realizar esfuerzos concretos para asegurar que el desarrollo de hoy no afecte o impacte de forma negativa a las generaciones futuras (Naciones Unidas).
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) conforman el esquema para mejorar las vidas de las poblaciones alrededor del mundo y mitigar los peligrosos efectos originados por el hombre, relacionados con el cambio climático.
El ODS 13: Acción por el clima, hace un llamado para integrar medidas para la prevención del cambio climático dentro de esquemas de desarrollo. El ODS 14: Vida submarina y el ODS 15: Vida de ecosistemas terrestres, también plantean la realización de prácticas más sostenibles en el uso de los recursos naturales del planeta (Naciones Unidas).
La economía circular representa una respuesta y un aliado indispensable para alcanzar estos objetivos de sostenibilidad medioambiental, ya que, a diferencia del modelo económico lineal basado en “tomar-hacer-desechar”, plantea un enfoque distinto que permite estimular el crecimiento económico y generar empleo sin comprometer al medio ambiente, lo cual posiciona a este esquema como piedra angular para una recuperación económica resiliente y con bajas emisiones de carbono (Albaladejo, et al., 2021).
Consiste en un modelo de organización de la actividad humana, principalmente de producción y consumo, que pone el foco en reducir el impacto medioambiental y la pérdida de valor de los productos y de los resultantes de las diferentes actividades a lo largo de toda la vida útil de los mismos (ItaInnova, 2022).
Los tres principios que dan sustento a este modelo son: Eliminar los residuos y la contaminación, circular los productos y materiales (en su valor más alto), regenerar la naturaleza. Prepondera el uso frente al mero consumo, lo cual implica que dentro de cada ciclo, los elementos se usan, recuperan o restauran en un sistema considerado más eficiente que las tradicionales economías industriales (ecolec.es).
La economía circular ha dado origen a importantes avances tecnológicos con esta nueva visión, algunos ejemplos son: el Internet de las Cosas que permite un monitoreo preciso del uso de recursos, el rastreo del consumo de energía, la calidad del agua o la temperatura para la optimización de procesos, detección de problemas y toma de decisiones.
El Big Data y el análisis de grandes volúmenes de datos, contribuyen a mejorar la toma de decisiones, ya que pueden identificar patrones, áreas de mejora y optimizar la eficiencia en el uso de recursos, contribuyendo con las empresas para que reduzcan gastos y minimicen sus desperdicios.
La impresión 3D permite el diseño de productos personalizados y a la medida, lo cual reduce la producción en masa y el desperdicio asociado con ella, a la vez que facilita la reparación y reutilización de componentes prolongando con ello su vida útil y reduciendo la demanda de nuevos recursos.
Blockchain que ofrece transparencia y trazabilidad en las cadenas de suministro y finalmente las plataformas digitales de intercambio y reventa, que conectan a personas y empresas para el intercambio, reventa y reutilización de productos usados (www.bassolsenergia.com).
Como es posible observar, la economía circular y la tecnología forman un binomio fundamental para establecer acciones concretas orientadas al cumplimiento de los objetivos en materia de desarrollo sostenible en la actualidad y están generando una transformación en el modelo de producción lineal que ha prevalecido por siglos. Y a ti, ¿te preocupa el mundo que dejarás a las nuevas generaciones?