GUADALUPE. Más de 2 mil migrantes quedaron varados en una parte despoblada, cerca de la comunidad San Jerónimo y del crucero con la carretera estatal 181, después de que el maquinista detuvo el convoy en el que viajaban, aparentemente por órdenes del Instituto Nacional de Migración (INM).
Mujeres, hombres, niños, algunos recién nacidos y personas discapacitadas en busca del sueño americano quedaron en tierras zacatecanas desde aproximadamente el mediodía de este jueves.
Personal de las coordinaciones Estatal y Municipal de Protección Civil acudió para brindarles agua y cobijas. Dieron prioridad a mujeres y niños, ya que por la gran cantidad de personas, resultaron insuficientes los insumos que llevaron.
Algunos viajantes denunciaron actos de corrupción por parte de las autoridades, pues aseguraron que les pidieron dinero, a manera de recolecta, para hacer que el tren se moviera. Además, afirmaron que fueron víctimas de maltrato y violencia.
Ignacio Fraire Zúñiga, delegado estatal del INM, se presentó para dialogar con los migrantes e intentó convencerlos de descender de los vagones, pero no lograron llegar a un acuerdo.
Confirman apoyo
En sus redes sociales, el secretario general de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, señaló que la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) acudieron al sitio para dar atención a las personas.
Asimismo, aseveró que de acuerdo con la empresa Ferromex, por indicaciones del gobierno de Estados Unidos, las fronteras de Piedras Negras y Ciudad Juárez se cerraron, lo que ocasionó la detención del tren.