ZACATECAS. Sin importar el rango o la carrera militar, la familia es el valor primordial de la formación de un soldado, pero a la vez, alejarse de ella es el principal reto al que se enfrentan, aunque ese paso, destacaron algunos militares, es un acto que forja el carácter.
En el marco de la conmemoración del Día del Ejército, declarado por el presidente Miguel Alemán Valdés en marzo de 1950, este 19 de febrero se celebrará la edición 74 de esta importante fecha, además del aniversario 111 de esta institución.
Siguió los pasos de su padre
El mayor de Sanidad, José Alfredo Arévalo Mártínez, a sus 23 años de servicio, precisó que su padre fue militar, por lo que desde niño conoció los cuarteles, y fue ese momento lo que marcó su vida para decidir seguir los pasos de su papá.
Destacó que el crecer en una familia bajo una férrea disciplina, lo ayudó cuando ingresó al Colegio Militar; sin embargo, detalló que la mezcla de la carrera militar y la profesional fue el peldaño más difícil de escalar.
Una vez que logró su formación académica y la militar, lo único que en ocasiones lo hacía titubear sobre seguir o no, era estar lejos de su familia, pero ante al gran apoyo que siempre recibe, actualmente uno de sus hijos está por concluir su formación académica militar.
“La formación militar me cambió”
En el caso de la capitán segundo enfermera, Alejandra Guerrero Cruz, su vocación de servicio a la patria la encontró en su natal Oaxaca, cuando por una invitación aceptó realizar su servicio militar, lo cual la marcó, al grado que decidió enlistarse y concluir su preparación profesional en Enfermería.
Recordó que en su adolescencia, pese a que creció en una familia llena de valores, la puntualidad y disciplina eran hábitos que no practicaba mucho; sin embargo, la formación militar cambió esa situación, y actualmente fomenta esos valores en su familia.
Su esposo, quien es también militar, comparte ese sentimiento de amor a la patria y por ayudar, los cuales poco a poco han inculcado a sus hijos, de quienes espera que alguno siga sus pasos.
En sus 15 años de servicio, recalcó que el espíritu de solidaridad siempre ha estado latente en ella, y desde siempre, además de su formación militar, quería ayudar a los demás y lo logró al desempeñar su carrera en Enfermería.
Cumplió una promesa
El soldado de infantería, Roberto González Villegas, dio a conocer que a sus dos años de servicio lo más difícil es alejarse de su familia, pero también es su motivación y espera ser el ejemplo para las nuevas generaciones, como en su niñez los soldados lo fueron para él.
Relató que desde pequeño observaba a los militares con asombro y respeto. Ese sentimiento no lo dejó de lado, en cuanto tuvo la edad y oportunidad de hacerlo se enlistó en el Ejército Mexicano.
Recordó que al crecer, convertirse en soldado también era un reto personal, ya que antes de ingresar tuvo un amigo muy cercano que también deseaba ingresar al Ejército Mexicano; sin embargo, por azares del destino murió, y ante esa pérdida, le hizo la promesa de convertirse en un soldado y lo logró.