Los adultos mayores y la tecnología
En días pasados platicaba con mi madre, una adulta mayor que ha transitado esta vida por más de siete décadas. Es una mujer activa, ordenada, valiente, de mente bastante inquieta y ante todo, sumamente disciplinada en lo que se propone realizar. Qué les puedo decir, es mi madre.
Me contó con alegría algunos de los temas que más disfruta durante esos momentos de relax en los cuales, a través de su celular, se conecta a Facebook. Principalmente le agrada ver contenidos de cultura, turismo, noticias de su ciudad, entre otros. Le encanta aprender cosas nuevas con los tutoriales de YouTube, indagar tópicos de salud que le interesan, así como escuchar música con el apoyo de Alexa, que además le brinda soporte con otras tareas.
Todo esto derivó de la decisión que tomó de subirse al tren rápido de la tecnología y la virtualidad. Debo decir que en ello mi hermano mayor ha tenido mucho qué ver, en tanto que disfruta de las bondades y comodidades que nos brinda la tecnología aplicada. Y ella se ha sumado a este equipo aprendiendo con bastante rapidez todo lo necesario para mantenerse conectada, informada y hasta divertida.
Mi madre es un vivo ejemplo de que en nuestra era, la edad no es un impedimento para formar parte de la sociedad digital. Actualmente, las estadísticas indican que más del 53 por ciento de la población de 60 y más, es usuaria de Internet.
Al respecto, un estudio realizado por tres investigadoras de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) sostiene que “las personas mayores, igual que el resto de grupos de edad, utilizan el móvil para las actividades que dan sentido a su vida diaria: comunicarse, informarse y jugar”, así lo dio a conocer la profesora de la UOC Mireia Fernández-Ardèvol, principal autora de la investigación, quien además agregó que “si bien el contexto de cada persona condiciona sus prácticas digitales, la estructura de precios del mercado de las telecomunicaciones desempeña un papel muy importante en la forma en que las personas mayores utilizan el móvil”. (Reyner, 2023).
Dicho estudio es el primero en su tipo en el mundo, ya que recopila información de 3 mil 125 personas adultas mayores, que fueron entrevistadas en países como Austria, Canadá, España, Israel, Países Bajos y Rumania. Lo más interesante es que esta información se recabó en tres oleadas, 2016, 2018 y 2020, lo cual representa un seguimiento inédito a este grupo de edad (Reyner, 2023).
Entre los principales resultados de la investigación, destaca la desmitificación de la creencia de que a medida que la edad de las personas avanza, el uso de tecnología digital disminuye; esto no es así.
Al contrario, muestran que las prácticas digitales son dinámicas, cambiantes y que constituyen una respuesta a las circunstancias e intereses personales, por lo cual pueden incrementarse o disminuir tal y como ocurre con otros grupos de edad, así lo señaló la investigadora Fernández- Ardèvol.
Conocer estas tendencias y hábitos digitales de las personas adultas mayores (población silver, le denominan también), es relevante si consideramos que, con base en la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2030 una de cada seis personas tendrá 60 años o más.
Por lo tanto, es de gran valor contar con datos duros que muestren un panorama claro de las necesidades y problemáticas de este grupo de edad, que pueden ser atendidas mediante el diseño de políticas públicas específicas, así como la generación de bienes y servicios digitales que contribuyan a mejorar su calidad de subsistencia, especialmente ante el incremento de la esperanza de vida que se ha registrado en las últimas décadas.
Alrededor de este segmento poblacional, han emergido nuevos conceptos asociados a los productos para afrontar el envejecimiento, tales como age-tech, que son innovaciones tecnológicas encaminadas a cubrir las necesidades de las personas mayores en diferentes ámbitos (compromiso.atresmedia.com, 2023) y Silver Economy (Economía Plateada), lo anterior toda vez que también se ha analizado la capacidad de compra de los adultos mayores y evidentemente, representan un importante nicho de mercado.
Más allá de estos propósitos económicos, es pertinente visualizar el uso de la tecnología y la innovación por parte de las personas adultas mayores como un mecanismo de inclusión que a su vez les permita disfrutar de una mejor condición de salud y confort, así como fortalecer la convivencia con sus seres queridos y amistades.