Gozar de buena salud es uno de los pilares fundamentales para vivir una vida plena. No solo se trata de alimentarse saludablemente incorporando diferentes tipos de alimentos y realizar actividad física para mantener una buena salud “corporal” y mental, sino que también es sumamente importante disfrutar de aquellos momentos de ocio y de descanso en partes iguales para que, todo en su conjunto, facilite una mejor calidad de vida.
El sueño es, sin duda alguna, uno de los pilares fundamentales en la vida de cualquier persona y, sobre todo, de aquellas que practican deporte sin importar si son profesionales o si lo hacen como un mero hobby. Entrenar, competir y recuperarse depende, en gran medida, del descanso proporcionado al organismo y tal es así que dormir bien puede evitar lesiones, aumentar la capacidad de aprendizaje y mejorar notablemente el estado de ánimo y las motivaciones.
Si bien el rendimiento en los deportes tiene su base en la constancia y el entrenamiento, existen otros puntos clave como la recuperación, una buena alimentación y el descanso. Es que, como consecuencia de sus efectos reparadores, el sueño es importante para que todas las personas que realizan ejercicio puedan recuperarse físicamente, fisiológicamente y también en su metabolismo en general.
Por qué dormir y hacer deporte son conceptos que van de la mano
El ejercicio reviste gran importancia a la hora de hablar de salud y, en igual medida, dormir adecuadamente también es fundamental en este sentido. Si una persona realiza poco ejercicio y, además, duerme pocas horas o el tiempo durante el que lo hace no es el recomendado, no puede aprovechar su máximo potencial, pero, por el contrario, si una persona posee una rutina de ejercicios y una rutina de sueño el resultado será, sin dudas, bueno y equilibrado.
Dormir bien ayuda a la regeneración óptima de los tejidos, músculos, tendones y articulaciones que se activan durante la actividad física. El proceso de regeneración precisa, además, al sistema inmunológico quien, a su vez, necesita de un buen descanso para que las defensas se encuentren en sus niveles adecuados.
Realizar ejercicio regularmente mejora la calidad del descanso porque regula la temperatura corporal, que es elemental para el inicio del sueño y mantenerlo de forma ideal. Dormir bien supone una disminución del cansancio durante el día, brindando una mayor cantidad de energía y motivación para realizar las actividades diarias entre las que se incluye la actividad física.
Dónde radica la importancia del buen descanso
A la hora de dormir, siempre se recomienda hacerlo por una cantidad de horas determinadas y, en lo posible, de buena calidad. Lograr un sueño profundo permite un recupero adecuado del cuerpo. Por ejemplo, el organismo segrega la hormona del crecimiento es producida en su punto máximo durante el sueño ayudando a, entre otras cosas, regenerar los músculos.
Si el descanso es nulo, las células comienzan a resistirse a la acción de la insulina que segrega el páncreas pudiendo, incluso, desarrollar algún tipo de enfermedad. Además, la falta de sueño afecta a diferentes tipos de hormonas como las de la saciedad y el hambre, haciendo que las primeras disminuyan y las segundas aumenten.
¿Intensidad o calidad en la rutina de ejercicios?
Ninguna persona es igual a otra y, en el ámbito del entrenamiento, sucede lo mismo. Cada una entrena de una manera diferente para sentirse mejor, pero, en caso de que se realicen rutinas intensas o de mucha duración, el sueño debe ajustarse en la misma medida porque se necesitará más tiempo para que el cuerpo se recupere de una manera adecuada.
Sobre entrenar y no dormir de forma óptima puede significar afecciones en la salud.
Un dato a considerar es que para aquellas personas que hacen deportes, un buen descanso evita lesiones. Si se duerme bien, los tejidos se regeneran sin problemas y, además, al día siguiente la mente se nota despejada, con mayor concentración, atención y motivación.
A la actividad física se le puede sumar otra rutina que es la del sueño. Esto quiere decir, simplemente, que más allá de realizar deporte también es importante contar con una rutina antes de dormir que contribuya a la relajación y a bajar la tensión del día. De esta manera, puede iniciarse el ciclo del sueño de una forma natural y eficiente. Algunas de las acciones más comunes son las de tomar una ducha de agua caliente, escuchar sonidos relajantes, meditaciones, leer y hacer ejercicios de estiramiento.
Aunque parezca un detalle insignificante, mantener un ciclo con horarios similares respecto a acostarse y levantarse, ayuda a que el organismo funcione organizadamente.
Objetos que contribuyen a una buena calidad del sueño
Son muchas las personas que, en la actualidad, tienen inconvenientes para dormir. Como una habitual falta de descanso puede poner en riesgo la salud física y mental, es importante contemplar todas aquellas cosas que pueden mejorar notablemente la rutina del sueño.
1) Colchón: este objeto es elemental a la hora de un buen descanso y no hace falta explicar el motivo. Al momento de elegir un colchón, lo ideal es que sea mullido para que pueda adaptarse a la curvatura de la columna.
Por ejemplo, hay una marca de colchones Luuna, estos ofrecen variedad dependiendo de las preferencias y necesidades de cada usuario.
No importa el tamaño, el diseño o los materiales con los que se encuentran fabricados, los colchones de calidad combinan el soporte y la frescura. Los colchones, su comodidad y adaptación al cuerpo de cada usuario son fundamentales para un óptimo descanso. Las diversas marcas intentan hacer lo mejor para que esto ocurra, por ejemplo los colchones marca Lunna.
2) Antifaz: la luz natural es la encargada de regular el sueño. De igual manera, en algunas ocasiones puede ser molesta a la hora de descansar. Por este motivo, los antifaces son de gran ayuda porque permiten bloquear cualquier destello de luz que pueda colarse por la ventana.
Los más elegidos son los de algodón, pues se trata de una tela suave y cómoda y que, además, puedes llevar a todas partes;
3) Almohada: escoger la almohada perfecta puede ser todo un desafío. En algunas ocasiones, elegir mal puede tener consecuencias en la salud como, por ejemplo, despertarse con dolor de cuello o cabeza.
Dependiendo de las necesidades y gustos de cada persona, el mercado ofrece un amplio abanico de almohadas, desde las tradicionales hasta aquellas que se adaptan al peso y a la forma de la cabeza;
4) Spray para almohada: si lo que se busca es adoptar alguna medida simple para lograr un mejor descanso, esta es una gran opción. Aunque no es de las alternativas más populares, sí es de las más efectivas.
Se trata de un spray de aceites esenciales para colocar encima de la almohada antes de acostarse. Las esencias pueden ser diferentes dependiendo de las necesidades de cada persona. Por ejemplo, una de las más usadas es la de lavanda para calmar la ansiedad y reducir el estrés;
5) Auriculares: en algunas oportunidades el ruido suele ser un problema, sobre todo si se pretende descansar con sonidos de autos, gritos o sirenas de fondo.
Para evitar esto, los auriculares sin cables y diseñados específicamente para conciliar el sueño, son los ideales.
Además de evitar ciertas conductas como las de utilizar el móvil hasta minutos antes de dormir, consumir bebidas con cafeína o no realizar actividad física, estos simples artículos pueden cambiar la manera en la que se descansa.