AGUASCALIENTES. Luis David Adame fue el vencedor indiscutible de la quinta corrida del Serial Taurino de la Feria Nacional de San Marcos (FNSM) 2024 al cortar tres orejas y salir a hombros en una tarde que sin duda le ayudará a apuntar a lo alto de su carrera profesional.
Triunfar en Aguascalientes debe ser una puerta importante para llegar a otras plazas, tiene que convertirse en eso, dar continuidad a los toreros y que la gente se quede siempre con ese deseo de volver a verte y saber que te antecede algo relevante.
Aunque también está el otro lado de la moneda, cuando las orejas no llegan pero quedan las historias que se cuentan, sin embargo, deben que tener algo que te atrape, y lo hecho por Fermín Espinosa Armillita tiene todo para ser un capítulo que tenga también esa continuidad.
No llegaron los trofeos, pero aquilató su toreo más personal, su marcada serenidad, y esa depurada técnica que entiende y transmite. Una vuelta al ruedo que tendrá eco.
Quien pechó con un lote complicado fue Cayetano Rivera la tarde de su presentación en la Monumental Aguascalientes,quien dejó esbozos pero sin poder llegar a más.
De los toros de José Barba vale toda la letra destacar el sexto al que precisamente Luis David desorejó, lo demás, ya a estas alturas es lo de menos.
Rivera estrella el deseo en su presentación
Muricelago, de 573 kilos, de la ganadería de José Barba, abrió plaza correspondiendo a Cayetano Rivera, quien tuvo un breve saludo capotero.
El brindis a la afición y dejando los primeros pases por alto. Un ejemplar noble pero justo de fuerza resultó este primero al que Cayetano Rivera le buscó las vueltas con muletazos muy suaves por pitón derecho, lo buscó también por el izquierdo, con trazos aislados sin poder llegar a más debido a la poca transmisión. Estocada certera de Cayetano Rivera para retirarse entre palmas.
El cuarto de la tarde, Cigarro, de 500 kilos, segundo del lote del torero, que fue soso, sin fondo y carente de emoción y transmisión, le costó desplazarse, aún con la quietud con la que plantó faena el torero, su esfuerzo desafortunadamente no redituó. Pesado en la suerte suprema para retirarse entre palmas.
Armillita, bajo las notas de la claridad
Vencedor, de 570 kilos, el segundo de la tarde para Fermín Espinosa Armillita, que tuvo un buen saludo capotero con lances a la verónica.
Una faena de muleta en la que desde el comienzo buscó ligar las series por pitón derecho, toreando con temple y clase, y buscando llegar a más.
Una labor artística la que fue construyendo Fermín Espinosa, que también tomó la muleta por pitón izquierdo con plasticidad llevándolo por bajo, teniendo el empaque.
El novillo se empleó menos por este lado, y regresó Armillita, los procedimientos a la senda derechista, en distancias más cortas, pero con el mismo mando y pinturería que esboza su toreo. Pinchazo hondo, y estocada, para saludar con fuerza en el tercio.
Llavero, de 569 kilos, quinto de la tarde al que Fermín Espinosa Armillita saludó por verónicas acompasadas.
Lo que puede faltar es el mismo equivalente a lo que se puede ofertar y, en esta lógica, cabe la nota con la que Fermín cuajó los muletazos por el izquierdo, es el temple infinito con el que cada pase se acompaña, se liga, se traza y se transmite.
Llevar ese pulso no resulta fácil cuando lo que está frente a ti adolece de ese empuje, le ayudó, y es de reconocerse, esa fijeza y nobleza que uvo.
Fermín marcó la pauta y caminó sobre el tiempo y la distancia correcta para no forzar, sino para acompañar en el más estricto sentido.
Una quietud infinita la que tuvo en las dos series finales por derecho, ligandolas, y demostrando que puso todo.
La espada no le permitió el corte de una oreja, dando una merecida vuelta al ruedo.
Luis David, triunfo con eco
Luis David Adame demostró el deseo de gustar y convencer desde el saludo a Capullo, de 580 kilos, la apuesta la siguió dejando en la mesa cuando tomó las banderillas para firmar un buen Segundo Tercio.
Cambiado por la espalda en las cercanías fue el prólogo de su faena de muleta. El toro fue tardo y Luis David lo tuvo que aguantar en demasía para sacarle los pases.
Por el izquierdo, muy poco se empleó el ejemplar y regateó más las embestidas. En los pasajes finales, pudo eslabonar trazos más largos, con una serie de mando por el derecho.
Pudo continuar en esa línea con el esfuerzo y la determinación, extrayendo lo más que pudo. Pasaportó de estocada y consiguió cortar una oreja.
Gitano, de 585 kilos, el sexto de la tarde, con el que Luis David imprimió un variado saludo capotero para después continuar la apuesta con las banderillas en tres buenos pares.
Le brindó su faena a la periodista Adela Micha, para después tener un trasteo donde siempre buscó ir a más y llegar con esa fuerza al tendido.
Se le reconoció como tal su entrega, su disposición, el no querer irse sin este triunfo que le marcara algo definitorio en su tierra y con su gente. Mató de gran estocada para cortar dos orejas.