El tlaxcalteca Alejandro Lima El Mojito salió en hombros, junto con Sebastián Vargas, después de la tarde triunfal que tuvo en Ragonvalia, Colombia.
En su primera faena, El Mojito recibió a su toro con lances que tuvieron ritmo y armonía, lo que sedujo el buen gusto de los ahí reunidos que hicieron magnífica entrada.
La tarde estuvo llena de trazos templados por ambas manos que entusiasmaron en cada momento a los asistentes. Después de una certera estocada, el público exigió dos orejas.
Hubiera cortado otra más en su segundo, con el que también lució, y mucho, con el capote y con las banderillas.
El astado también fue bueno y El Mojito se impuso extrayendo otra faena de mérito, poder y sentimiento. El acero le jugó una mala pasada, pues pinchó y tuvo que descabellar. Fue ovacionado.
Sebastián Vargas, dueño de la experiencia que posee, hizo dos faenas de suma importancia. La primera se impuso al toro con lances pulcros, así como intenso fue el tercio de banderillas que compartió con El Mojito. La jugada tuvo pulcritud y apasionada entrega. Pinchó y todo quedó en ovación.
Después de un estupendo saludo con la capa, volvió a banderillear junto con El Mojito, provocando el delirio popular, que fue in crescendo con una faena de entrega y un ejemplar que se dejó totalmente, por lo que al final se exigió el indulto que fue concedido.