Desde 2009, la zona conurbada ha registrado cambios en la localización de la actividad económica desde la capital del estado hacia la Villa de Guadalupe. La mayoría de los negocios siguen a los consumidores que tienen sus residencias en el municipio conurbado… Si la población y la actividad económica se está moviendo hacia en el oriente de la ciudad, ¿para qué hacer un viaducto elevado hacia el poniente?
La respuesta es clara. Porque los centros de trabajo más importantes (universidad y administración estatal) están hacia esa dirección. El análisis de los procesos económicos y laborales provoca cuatro tipos de movilidad que son contradictorias, no son compatibles, pero sí coexisten.
La expansión de la ciudad se ha dirigido esencialmente hacia Guadalupe debido a que el terreno es más apto para reducir los costos en construcción de vivienda y dotación de equipamiento urbano.
En 2020, Guadalupe concentró el 55.12 por ciento de la población total de la ciudad y por sí sola es la más grande del estado.
En 2018, del total de comercio y servicios localizados en toda la mancha urbana, Guadalupe acaparó el 47 por ciento de los negocios, el 42.8 de los empleos y el 50.5 de los ingresos generados (INEGI, 2019 y 2020).
Hoy, los consumidores van desde todas las áreas residenciales de la zona conurbada hacia Guadalupe, concretamente hacia la zona Campestre-Bernárdez-Rafael Coronel, que se ha convertido en la mayor zona concentradora de negocios y de empleos.
Aquí se identifica la primera movilidad relevante, donde los consumidores asisten desde toda la ciudad hacia dicha zona… y esta movilidad se volvió dominante desde 2009. Y el viaducto elevado no tendrá un papel relevante en esta movilidad, pues éste solo funciona para una dirección (poniente) y a una franja pequeña del bulevar (la etapa López Mateos).
La segunda movilidad tuvo origen cuando, en 2010, toda la administración estatal trasladó sus oficinas a ciudad administrativa y, en 2013, cuando la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) abrió el Campus Siglo 21, donde se concentra la mayor actividad académica.
Debido a que la mayor parte de sus empleados ya vive en Guadalupe, se tornan saturadas las avenidas que trasladan hacia el poniente, concretamente el bulevar metropolitano.
Pero solo se satura de lunes a viernes de las 6:30 a las 9:30 horas en dirección de este a oeste y de 14 a 16:30 horas en dirección contraria: de oeste a este; de ahí en más no hay saturación, salvo si ocurren accidentes, bloqueos u otros incidentes (González, 2022 y 2023).
El viaducto elevado es esencial para satisfacer esta movilidad, de hecho, para eso está pensado. No existe ninguna otra funcionalidad del pomposo segundo piso, trasladar a los burócratas y los universitarios en las mañanas desde Guadalupe y en las tardes hacia dicho Pueblo Mágico.
La tercera movilidad es la que se realiza desde todas las áreas de la zona conurbada hacia el Centro Histórico de Zacatecas, principalmente cuando hay eventos masivos, que el festival cultural, que el de Día de Muertos, que el de Navidad… Miles de personas se movilizan a todas horas, todos los días hacia el centro de Zacatecas, donde aún tiene una oferta importante de negocios que dependen de los que trasladan a pie, en auto, en transporte público.
Esa movilidad tampoco está considerada en el segundo piso. Al contrario, ésta será fuertemente afectada con la construcción, pues tendrá que ser redirigida por la avenida López Velarde durante el proceso; y cuando termine la obra tendrá que ser dirigida a la parte inferior del viaducto, en un espacio reducido, lúgubre, inseguro, lidiando entre transporte público, transeúntes y autos amontonados.
Y la última movilidad es aquella que se va a dar con la construcción del viaducto elevado. Todos los negocios que se localizan en el bulevar metropolitano en la etapa López Mateos sufrirán cambios en su demanda, en su funcionalidad, en su localización. Algunos podrán permanecer, otros se tendrán que reubicar y los más, cerrarán.
El segundo piso desviará la mayor parte de los automóviles (y los consumidores) por la parte superior. Por la parte inferior solo pasarán los consumidores del vecindario, de aquellos que caminan, que se trasladan en el transporte urbano y asisten por ahí para tomarlo. Y eso lo saben perfectamente los dueños de dichos negocios, quienes se han estado manifestado abiertamente en contra de su construcción.
Quienes han propuesto el viaducto resaltaron una y han ignorado el resto de las movilidades que realizan los zacatecanos. Y también desconocen lo que se supondría que tendrían que apoyar más, la economía de la ciudad.
Si los negocios de comercio y servicios se están desplazando desde el Centro Histórico de Zacatecas hacia la zona Campestre-Bernárdez-Rafael Coronel en un primer momento, y hacia la carretera Sauceda de la Borda-La Condesa-Las Quintas-Villas de Guadalupe en un segundo momento, ¿para qué construir un viaducto en una zona donde, en los próximos años, no será útil?
La respuesta se reitera: solo será construido para el traslado de burócratas y universitarios. Y si solo es para ese fin, ¿por qué se vende como si fuera para todos los zacatecanos y para todas nuestras movilidades?
*Urbanista. Docente investigadora de la Universidad Autónoma de Zacatecas