ZACATECAS. Tras años de formación, experiencia musical y viajes por el mundo, el músico zacatecano Alan Bazavilvazo presentó su proyecto más personal: Cosmos, una propuesta musical que integra géneros, emociones y vivencias en un universo sonoro íntimo y ecléctico.
Bajo la tenue luz de la Bóveda 1 de la Ciudadela del Arte, las primeras notas sonaron estridentes con «Jake to the Bone» de Toto, ensambladas con fuerza y claridad, bajo la dirección del guitarrista zacatecano.
El reportorio fue ejemplo de referencias y riesgos, donde lo clásico se fundió con lo moderno sin perder una identidad propia. Estuvo compuesto por piezas de jazz y rock con distintas fusiones, y canciones originales; interpretaciones como «Ornithology» de Charlie Parker, así como composiciones originales de Bazavilvazo, entre éstas «Blues for Angie» con estilo swing y compases irregulares, mezclada con rock y jazz, «Freedom» con tintes de hip hop, rhythm and blues y jazz, y «Friday» con un groove funk.
Tras cruzar mares como guitarrista itinerante, Alan Bazavilvazo atracó de regreso en Zacatecas para explorar el universo musical; desplegó sobre las 6 cuerdas un virtuosismo técnico y expresivo en «Chromazone», del guitarrista americano Mike Stern, así como en su pieza original «Inmenso», la cual basó en un largo viaje en crucero, en el que se encontró maravillado por el enorme tamaño del océano: “a donde quiera que mirara había agua”, dijo.
El guitarrista zacatecano destacó en su presentación dos canciones que escribió pensando en su familia: «Lupita», una rumba latina dedicada a su madre; y «Burbujas», una mezcla de son, salsa y rock, que posee un sonido nostálgico, dedicada a su hijo, y con la que, al ser la más especial de todas las piezas, cerró el concierto.
Alan demostró una sinergia musical sobre el escenario, al estar acompañado de Erick Contreras en el teclado, Ari Cerros en la batería y Enrique Rodríguez en el bajo, con quienes una sola mirada bastaba para comunicar los cambios de dinámica y rebotar ideas en forma de notas y ritmo.
Durante la hora que duró el concierto, los instrumentos resonaron en la bóveda, brindando al público un sonido cercano y nítido, y transformaron las escalas y acordes en un rompecabezas que los espectadores tomaron encantados para descifrarlo.
El origen
Alan Bazavilvazo relató que la chispa detrás de Cosmos surgió durante una travesía marítima, en la que fue integrante de la orquesta de un crucero, compartiendo escenario con músicos de todo el mundo —Argentina, Corea, Brasil, Ucrania, Filipinas y Rusia— sin haberlos conocido antes ni hablar el mismo idioma. “Lo único que teníamos en común era la música”, recuerda, sin embargo, esa conexión libre de palabras fue suficiente para crear armonías e improvisar.
El concierto de Cosmos inauguró el programa de Exploración Cultural en la Ciudadela 2025, cuyas actividades —de música, teatro y narración oral— finalizarán hasta el 4 de diciembre.
La próxima cita en el recinto será el 26 de junio, con Paola Rincón, quien presentará la narración oral Cuentos de caldero de una bruja cuentera.