Zacatecas.- Carlos Ramírez Hernández, integrante del Instituto Mexicano de Sexología A.C. (Imesex), consideró una necesidad que los distintos niveles de gobierno entablen mecanismos para lograr un desarrollo integral de las personas con alguna discapacidad.
Lo anterior, explicó en el marco del foro nacional Discapacidad, Derechos Humanos y Sexualidad que concluyó este viernes.
“Los primeros meses o años ni siquiera se piensa (la posibilidad), sino que cancela, después con el tiempo se empieza a retomar como algo importante; ahí es fundamental otorgar herramientas para construir encuentros genuinos, para lograr su integración”.
Lo primero es negar que las personas tienen una sexualidad, sino que se les trata de manera asexual e infantilizarlos, como si no pudieran decidir por sí mismos lo que anhelan y buscan en el campo de la sexualidad”
En entrevista para NTR Medios de Comunicación expuso que uno de los primeros efectos de adquirir una discapacidad (visual, auditiva, física o de otra naturaleza) es que se elimine la posibilidad de vivir una vida sexual y familiar, derivado de que la persona se fija en las pérdidas.
“Lo primero es negar que las personas tienen una sexualidad, sino que se les trata de manera asexual e infantilizarlos, como si no pudieran decidir por sí mismos lo que anhelan y buscan en el campo de la sexualidad”, detalló.
“Actualmente se está trabajando en los derechos sexuales para poder estructurar pláticas como foros de un tema que es complejo, porque está lleno de información equivocada”.
Enfatizó que no se trata sólo de tener un cuerpo “funcional”, sino un cuerpo erótico que sepa cómo hablar con mayor afectividad y aumentar “el sentido de la vida” en las personas que conforman este sector.
Recordó que la sexualidad tiene seis dimensiones, y que gran parte de los problemas que generan la falta de aceptación es que se tienen prototipos muy difíciles de alcanzar.
Destacó que para evitar el “síndrome de la imagen corporal”, es que con la nueva conformación deben buscarse “las potencialidades” para tener una vida afectiva y familiar, en vez de preguntarse qué se perdió.
Por ello, precisó que la belleza “nace de la aceptación” y que deben establecerse mecanismos que permitan a las personas con alguna discapacidad desarrollarse de manera más integral en la sociedad, y disminuir la discriminación.
Expuso que es necesario retomar la vida, porque la sexualidad implica muchos aspectos de la los sucesos cotidianos.
En ese tenor, afirmó que las pláticas deben enfocarse dependiendo al tipo de discapacidad que se tiene, así como darles a conocer los mecanismos que les permitan tener una planificación familiar.