Escuchar razones. Mexicanización de la minería
Mexicanizando la minería. Por increíble que parezca el término de mexicanización, así fue.
Relevante fue la participación en 1951 de treinta y cinco ingenieros de minas, metalurgistas y geólogos mexicanos para la creación de la Asociación de Ingenieros de Minas, Metalurgistas, Petroleros y Geólogos de México, A. C. Por inverosímil que les parezca a los actuales miembros de la actual asociación (ya sin petroleros), ellos promovieron cambios en la legislación minera.
En pláticas con el nacionalista ingeniero Salvador Treviño, nos contó esa historia que el gremio actualmente no conoce, de discriminación de los ingenieros mexicanos en las compañías extranjeras que seguían haciendo de las suyas en territorio mexicano.
A los jóvenes profesionales del ramo de Ciencias de la Tierra, les damos a conocer que estas situaciones y las fiscales, obligaron el 5 de febrero de 1961 al Presidente Adolfo López Mateos a la expedición del decreto de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en Materia de Explotación y Aprovechamiento de Recursos Minerales, conocida como la Ley de mexicanización de la minería. La legislación proponía:
Impulsar el crecimiento sostenido de la industria minera.
Fomentar la orientación de la producción minera hacia los mercados y la industria nacionales.
Asegurar el control del Estado y de los inversionistas del país en las empresas mineras.
Mantener reservado al Estado la explotación de minerales estratégicos como el uranio.
La ley determinó que la participación de los nacionales en el capital social de las empresas no podría ser inferior al 66 por ciento, en todos los demás casos se prohibió a los extranjeros poseer más del 40 por ciento del total de las acciones de las sociedades mineras y se estipuló un plazo máximo de 25 años para que todas las empresas adoptaran alguna de las modalidades previstas para mexicanizarse.
Se limitó la superficie concesionada y se redujo a 25 años la vigencia de concesiones prorrogables por tiempo indefinido.
La ley fue un trascendental paso en el Siglo 20, al normar el principio de soberanía nacional sobre los recursos minerales y su explotación.
Un ejemplo importante de los efectos que tuvo la Ley de mexicanización, es que logra la apertura a la inversión, como el caso de Peñoles, que se mexicaniza en 1961; en consecuencia, siguieron decenas de empresas mineras.
Para que venga a la memoria de los viejos directivos, el cambio fue determinante. No pueden olvidar que la asociación de profesionistas del ramo, en sus inicios, encontró fuerte resistencia de las empresas mineras pues éstas percibían y mostraban temor ante la creación de un sindicato de profesionistas.
La mexicanización sacudió a las empresas y a sus directivos. Se colocaron al frente de ellas ingenieros mexicanos, muchos de ellos miembros de la Asociación.
También tuvo repercusión en la modificación de la estructura de propiedad, haciendo aparecer nuevos tipos de empresas y empresarios mineros. En contraste con la dicotomía clásica entre grandes empresas extranjeras frente a una pequeña y mediana minería nacionales, las reformas legales y fiscales de 1961-1962 provocaron la asociación de tres sectores empresariales: el Estado, la iniciativa privada mexicana y el capital extranjero, con lo que se empezó a transformar la estructura.
Como ha sucedido en la historia contemporánea, del lado empresarial, principalmente quienes tenían relaciones muy estrechas con compañías mineras extranjeras, consideraba a la nueva legislación como socialista.
La nueva relación entre inversionistas mexicanos y extranjeros expresó una etapa culminante en 1971, cuando cuatro empresas mexicanizadas como: Peñoles, S.A., Asarco Mexicana, S.A., Minas de San Luis, S.A. y Minera Frisco, S.A., colocaron sus acciones en la bolsa de valores distribuyéndola entre más de 5,000 accionistas. Al quedar las empresas mineras autorizadas a cotizar en la Bolsa de Valores, la minería mexicanizada continuó contribuyendo a la conformación del capital financiero y al desarrollo del mercado bursátil en México.
¿Podrán aprender? El otrora poderoso Partido Revolucionario Institucional, sin darse cuenta o con ignorancia supina de su dirigencia, con la derrota en el Estado de México, su principal bastión en organización política y manipulación de comunidades, sin propuestas serias en el aspecto social, su destino será igual que el de los perredistas, peor, de continuar arrastrando a partidos muy lejanos a la sociedad como el Partido Acción Nacional. Hasta cuándo Alito será su dirigente.