Los pilares de la educación del futuro: ¿cómo estamos?
Termina el ciclo escolar 2022-2023, con una movilidad y atención ofrecida a 475 mil alumnos (según cifras de la SEP) de todos los niveles del sistema educativo en Zacatecas y un egreso en enseñanza superior de más de 6 mil estudiantes, los que tendrán que integrarse a un mercado laboral precario y profundamente limitado. ¿Cuál será el destino de este numeroso ejército de jóvenes que culminan una etapa de su formación?
Tal vez sea importante el manejo de los datos y cifras duras del sistema educativo, pero nada tan relevante como conocer con qué saberes, habilidades, valores y conocimientos se les dota a los alumnos en Zacatecas, para enfrentar los desafíos concretos de la vida y transformar el escenario de una sociedad compleja, violenta y vertiginosamente cambiante.
Si no tenemos con precisión una visión de cómo se debe formar de manera integral a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en Zacatecas, es como desplazarnos sin brújula en la aridez de un desierto infinitamente extenso. Es perdernos en el firmamento de un horizonte carente de ideas y de una adecuada racionalización alejada de nuestra realidad.
La culminación del ciclo escolar 2022-2023 coincide (como para que no se nos olvide), con el 102 aniversario de vida del filósofo francés Edgar Morin (1921…), sociólogo creador del paradigma del “Pensamiento Complejo”, intelectual sin cuyas obras no se podría entender el transcurrir del siglo 20 y los inicios del 21. Ese extraordinario personaje, fuera de serie, siempre se ha preocupado por desentrañar también los secretos y claves de cómo se debe educar a las nuevas generaciones.
En 1999, Edgar Morin publicó su excepcional libro Los Saberes Necesarios de la Educación del Futuro. Y en esa obra enfatiza siete claves que todo proceso de enseñanza-aprendizaje debe considerar. Los enumero a continuación:
1) Reconocer la Ceguera del Conocimiento: Este principio implica admitir las limitaciones del ser humano frente a su realidad. La educación tiene la responsabilidad de ampliar y abrir los horizontes del saber para superar la “ceguera paradigmática”.
2) Los Principios del Conocimiento Pertinente: La educación cultivará y aportará al ser humano saberes, valores, aptitudes y conocimientos significativos para enfrentar los retos de la vida cotidiana.
3) Enseñar la condición humana. Los procesos de enseñanza-aprendizaje tienen el compromiso de mostrar las diversas condiciones de las personas, en sus dimensiones biológica, física, psíquica, cultura, social e histórica.
4) Enfrentar las incertidumbres: la educación auspiciará una tarea relevante como es la que se dirige a formar mentes para actuar frente a lo inesperado, así como para procesarlo con racionalidad.
5) Enseñar la identidad planetaria: Las tareas formales de la enseñanza ayudarán a revelar la realidad del ser humano como parte de una costelación de relaciones políticas, económicas, culturales y sociales.
6) La Enseñanza de la Comprensión. Los sistemas escolares para ser eficientes, no podrán sino estimular en los estudiantes los procesos de “aprender a aprender”. Lo anterior implica avanzar en la construcción de una sociedad del aprendizaje, que ayude a superar, de manera específica, las comunidades dominadas por el olvido, la ceguera y la amnesia.
7) Los fundamentos éticos: la educación es sobre todo un acto ético (no mercenariamente mercantilista), cuyo fin es potenciar la grandeza moral del ser humano, liberarlo de las ataduras de la ignorancia y contribuir a que conviva en un contexto social de justicia, de bienestar e igualdad.
Lo que ha planteado Edgar Morin en materia educativa está vigente hoy más que nunca. Saber cómo se educa a las nuevas generaciones, y evaluar sus resultados, es un imperativo categórico por atender, si es que queremos en verdad superar en Zacatecas los errores de la historia y abonar por una mejor sociedad.
Las estadísticas educativas
El sistema educativo zacatecano atiende una matrícula total aproximada de 475 mil alumnos en todos los niveles, en más de 5 mil escuelas, distribuidas en todo el territorio. De este universo, el 75 por ciento corresponde a educación básica (preescolar, primaria y secundaria), 14 por ciento a media y superior y el 10 por ciento a enseñanza superior.
Saber con qué saberes, habilidades, valores y conocimientos educamos a las nuevas generaciones, es una tarea fundamental, que no se debe menospreciar.