Patrimonio cultural y cambio climático
Esta semana un incendio forestal asoló la isla hawaiana de Maui, cobrando la vida de algunos habitantes y devastando todo lo que encontró a su paso. Los daños más severos se presentaron en una ciudad que se califica de histórica, donde más de doscientos edificios se redujeron a cenizas, entre ellos, varios que databan de los siglos XVIII y XIX en lo que fuera un importante pueblo ballenero en el contexto decimonónico y que inspirara historias como la de Moby Dick. Antes del incendio, era un destino turístico de gran relevancia para la comunidad hawaiana, pues lejos del sol, playa y arena, aquí residía una gran parte de su historia compartida.
A finales de julio, en Sicilia se aplicaban medidas urgentes para evitar la pérdida de una de las zonas arqueológicas más relevantes no solo de esta región italiana, sino del mundo. El parque arqueológico de Segesta, resguarda los restos de una ciudad griega cuya antigüedad -400 a.C.-, hace que su origen se mezcle con la leyenda, pues se asegura que fue fundada por los seguidores de Eneas que participaron en las guerras troyanas. Unos meses antes, yo misma había presentado a mis alumnos de historia de la arquitectura las imágenes de uno de los templos dóricos mejor conservados hasta la actualidad, el templo de Segesta, presente en esta zona arqueológica. Apenas el 27 del mes pasado este recinto estuvo en peligro de desaparecer para siempre debido a los incendios forestales que se presentaron en esta región italiana, donde el calor extremo y atípico, avivaba el fuego que parecía no ceder. Con temperaturas que ascendían casi a los 50 grados centígrados, los bomberos hicieron hasta lo imposible porque las llamas no alcanzaran este complejo arquitectónico que, de perderse, implicaría no solo la pérdida de una de las fuentes de derrama económica para la región, también la desaparición de uno de los vestigios de la cultura griega, constituyendo un irreparable quebranto para el patrimonio mundial de la humanidad.
Ahí mismo en Sicilia, un templo católico del siglo XV no corrió con la misma suerte. Las imágenes de una bóveda colapsada, junto con los muros teñidos de un negro todavía humeante, recorrieron el mundo con la noticia de que las llamas devastaron la iglesia en la que se perdieron joyas artísticas de inestimable valor.
Todos los hechos anteriores me invitaron a pensar en la poca reflexión que existe entre la relación patrimonio cultural – cambio climático. Evidentemente, la prioridad es salvar vidas en todas sus formas, eso es indiscutible. Sin embargo, cada vez más, los efectos del cambio ambiental nos recuerdan que vienen para trastocar la existencia tal cual la conocemos y llevarse incluso, parte de nuestra historia y memoria con los monumentos que hasta ahora habían sobrevivido los embates del tiempo.
Al respecto parecieran no existir tantas investigaciones que amplíen la información sobre esta problemática o mejor aún, ayuden a incluir políticas públicas para actuar en el binomio medio ambiente/patrimonio. La UNESCO señalaba apenas el año pasado en el marco de la conmemoración del Día Mundial de Monumentos y Sitios, que “incendios, sequías, tormentas, inundaciones, ponen en riesgo algunos de los monumentos y espacios naturales del mundo. La UNESCO quiere que las políticas culturales de los Estados tengan en cuenta los efectos del calentamiento global” y señalaba que, para lograrlo, había que preparar a los países para evitar o en el peor de los casos, recuperarse de un evento catastrófico provocado por la crisis ambiental. El mayor hincapié, no obstante, se hizo en explotar el papel de la cultura como herramienta educativa que ayude a mitigar los efectos del cambio climático, sin olvidar el constante monitoreo de sitios o áreas históricas que constantemente pudieran estar en riesgo ante uno de los jinetes del Apocalipsis del siglo XXI. Terminan reconociendo que es urgente tomar acciones transversales que impliquen cambios tangibles; el tiempo no espera.
En este sentido, la pregunta que dejo al aire es ¿en México ya estamos haciendo algo al respecto?