La Nube (Cloud)
Con la aparición de la computadora, surgió la necesidad de diseñar una gama de dispositivos de almacenamiento de datos, de tal manera que hemos transitado por una larga lista de éstos, que se han sofisticado trascendentalmente , en proporción a la medida de los requerimientos que surgen día con día como consecuencia de nuestra creciente actividad en los ordenadores y la web, imponiendo con ello las nuevas tendencias.
En este contexto, es pertinente hacer un breve recuento que comienza con la tarjeta perforada, el primer dispositivo de almacenamiento de datos en lenguaje máquina; posteriormente nació la cinta magnética patentada en 1920 que se popularizó a la par de la asequibilidad de los ordenadores; en 1948 emerge la memoria RAM para almacenamiento de instrucciones de programación de uso frecuente; a finales de la década de los 40 se desarrolló la memoria de núcleo magnético para dar paso a la de semiconductores en 1966, que fue seguida por el almacenamiento en disco magnético impulsado por IBM; después manan los discos ópticos que se popularizaron en la década de los 90, dando un gran salto en el año 2000 cuando vieron la luz las unidades flash.
Más tarde, las unidades de estado sólido, los silos y lagos de datos, éstos últimos formados específicamente para almacenar y procesar Big Data; luego aparecen la nube (cloud), el almacenamiento inalámbrico, la grabación magnética escalonada y el ADN que guarda datos para siempre y puede contener hasta 2,2 petabytes (PB), equivalente a 1 000 000 000 000 000 de bytes de datos por gramo, una cantidad de datos que tal vez no alcancemos a generar en toda nuestra vida de manera individual (o tal vez sí).
De esta larga lista de dispositivos nos centraremos en la nube.
En 2023 millones de usuarios en el mundo han abandonado el uso de dispositivos físicos para el almacenamiento de la información, puesto que han decidido aprovechar las ventajas que ofrece la nube. Pero, ¿qué es la nube?
La nube se define como una red de servidores distribuidos por todo el mundo que están operativos 24 horas al día los 365 días del año, que funcionan como un único ecosistema para que podamos almacenar todo tipo de datos, programas y plataformas informáticas. (asana.com)
En otras palabras, es un espacio alojado en esos servidores, que está disponible para que nosotros podamos almacenar, disponer y trabajar la información en cualquier momento, ya que se encuentra en la web.
Ahora prácticamente todas las cuentas de correo electrónico ofrecen cierta cantidad de espacio de almacenamiento en la nube, así como nuestros celulares que lo usan para crear respaldos de la información que tenemos ahí, tal como fotografías, videos, chats, correos, contactos, grabaciones, entre otros, teniendo la posibilidad de administrarlo a la medida de nuestras necesidades.
En cifras, se habla de que la adopción de la nube va en aumento; para 2022 el 30 por ciento de las empresas ejecutaban ahí más de la mitad de sus cargas de trabajo, lo que representó un aumento de 6 por ciento respecto al año 2021, mientras que un 58 por ciento adicional espera alcanzar este nivel en los próximos 12 a 18 meses de 2023. Esto de acuerdo con datos del “Informe de Seguridad en la Nube 2022”, publicado por Fortinet y la comunidad Cybersecurity Insiders a partir de una encuesta mundial realizada en marzo del 2022 (dmd.com.mx).
Los expertos de estas temáticas sostienen que algunas de las ventajas de trabajar en la nube consisten principalmente en la flexibilidad, ya que las empresas pueden satisfacer sus necesidades de manera inmediata, recuperación ante posibles pérdidas de información en los servidores propios de las organizaciones (pues al contar con servicios en la nube, pueden crear respaldos completos de su información que estará segura en otros servidores externos), mejoras en el trabajo colaborativo, entre otras.
A su vez, existen algunos riesgos que no deben pasarse por alto, entre los cuales destaca la desconfiguración de la plataforma en la nube como el más importante, aunado a las interfaces/API inseguras, la exfiltración de datos confidenciales y el acceso no autorizado (dmd.com.mx).
Sin contar aquellas fallas generalizadas de los servicios que nos ponen en jaque ante la imposibilidad de acceder a nuestra información en momentos cruciales.
¿Y tú confías en la nube?