LOGROÑO. La Ribera cerró su Feria de San Mateo con una corrida de toros en la que Emilio de Justo, Ginés Marín―en sustitución de Luque― y Leo Valadez, se midieron a los de La Palmosilla.
El encierro presentó un comportamiento manejable, sin chispa, corto y de escaso recorrido, quedándose a mitad de camino en los muletazos. Destacó el sexto de La Palmosilla, que fue el que mayor movilidad presentó, y el sobrero de Fuente Ymbro.
Emilio de Justo marcó la tarde con un buen sobrero de Fuente Ymbro, al que llevó con gusto y despaciosidad en una faena desarrollada por el pitón derecho. Tuvo un buen concepto en el cuarto, ante un toro justo al que se impuso.
Ginés Marín no encontró el acople con el segundo, dejando una faena que no tomaría vuelo. Estuvo voluntarioso y firme con el quinto, un toro de teclas al que supo llevar, pero empañó su faena con los aceros.
Leo Valadez tuvo que bailar con las más feas: un toro al que hubo que llevar con pinzas. Derrochó poder y dominio con el sexto, siendo ésta una de las mejores faenas de la tarde, pero pinchándola.
Ante lo incierto, Leo se impone
Leo Valadez recibió a Gandanillo, frenándolo en la seda, con firmeza ante aquellas primeras embestidas del animal. Se alcanzó el último tercio y Leo lo pasó y ganó terreno, sacándolo de tablas.
Sobre el pitón derecho dejó las primeras series, con un toro andarín e incómodo al que tuvo que parar, templar, tocar y llevar.
Le dio la media y larga distancia, pasándolo, tratando de limpiar el muletazo con un toro que no terminaba de pasar. Le costaba entrar al primer cite, el resto los seguía, sin ritmo.
El animal terminó por parar la faena, una que no llegó a romper. Lo probó al natural, abriendo el compás, asegurando el pase, tirando de una embestida que parecía haber ahormado y tener controlada.
Era incierto, escaso de fuerza, en la tela el de La Palmosilla, pero al recuperar el pitón derecho, el mexicano se impuso, bajándole la mano, pasándolo a su alrededor. El respetable no tuvo paciencia, a pesar de las ganas y las teclas que le planteó el de su lote. Lo pasaportó. Palmas.
El mejor de la tarde
Cerraba la tarde Adelantado, el toro más pesado del festejo y al que saludó Leo Valadez, dejando un buen recibo capotero que fue muy ovacionado por el respetable.
Ejecutó un quite por zapopinas que despertó los tendidos. Sin probaturas, se puso de rodillas y lo saludó en la franela, pasándolo por ambos pitones.
A punto estuvo de prenderlo, pero rápidamente se recompuso y continuó con el inicio. Siguió sobre el pitón derecho con un toro que tenía movilidad con ritmo. Respondía con prontitud y se dejaba llevar, con buen son en su embestida, pero más que buenas condiciones tuvo movilidad.
El mexicano aprovechó la inercia para ligar un muletazo con otro, limpiándolos y envolviéndolo a su alrededor.
Entre tandas le dio tiempo y sitio, después le esperaba en la larga distancia para dar el primer toque, obteniendo la respuesta de un astado que fue el mejor de la tarde.
Al natural dejó suavidad, deslizándose con él, en un acople total entre embestida y mando. Leo siguió sobre el pitón izquierdo, el de La Palmosilla seguía pidiendo muleta.
Al recuperar el pitón derecho, se empezaba a acortar el recorrido y buscaba, pero predominaba la nobleza en él.
Comenzó a descomponerse y a quedarse más encima. No fue sencillo, pero se lo pasó por donde quiso, cerrando de rodillas, apurando las distancias. Falló con la espada, que logró hundir al tercer intento.