ZACATECAS. Enclaustrar a las personas que sufren de alguna adicción, es decir, ingresarlas a un anexo, no es la mejor solución para controlar el consumo de sustancias, puesto que muchas veces no se cuenta, en tales espacios, con especialistas en el tema.
Lo anterior lo explicó Nicolás Iván Martínez López, investigador clínico del Instituto Nacional Ramón de la Fuente Muñiz, durante su participación en las séptimas Jornadas de Salud Mental.
Detalló que aunque puedan existir casos de pacientes que ingresen a dichos espacios de forma voluntaria, esto se podría considerar “como un secuestro”, porque una persona dependiente a una sustancia sufre de alteraciones ocasionadas por la ansiedad, que le impiden pensar de manera coherente, y en consecuencia, tomar una decisión.
Por tanto, el investigador clínico enfatizó que requieren de un tratamiento psicoterapéutico y farmacológico, en conjunto, así como del apoyo de la familia, para que la persona pueda reintegrarse a la sociedad.
Finalmente, añadió que “no se trata de mantener encerradas a las personas, se tiene que cambiar la perspectiva de internar; y en su lugar, apoyar para poder generar una convivencia en libertad y motivación para dejar las drogas”, concluyó Martínez López.
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