TEXCOCO. El matador de toros José Mauricio se convirtió en el triunfador de la corrida de Domingo de Resurrección que se celebró en la plaza Silverio Pérez, y lo hizo tras cortar dos orejas y firmar además la faena de la tarde ante el ejemplar de mayor calidad, que procedió del hierro de la ganadería de Marco Garfias.
El hidrocálido Juan Pablo Sánchez, bajo la línea del tesón y la verdad, cortó una oreja a su primero. A pesar del esfuerzo que hizo con su segundo, un complicado toro, se retiró entre palmas.
Fermín Rivera y los detalles que siempre aquilata con la clase también se hicieron presentes, las fallas con el acero le impidieron tocar pelo.
La clase de Fermín Rivera
Abrió plaza el toro Pascual, de 505 kilos, de Marco Garfias, número 30, al que Fermín Rivera saludó por verónicas, rematando con vistosa media.
Un comienzo de faena importante en el que se encontró con su temple al cuajar trazos por pitón derecho. El ejemplar rebrincaba y eso no permitió el toreo asentado.
El gran esfuerzo de Fermín Rivera ante su segundo, de Marco Garfias. Se trató de un comienzo de faena con la serenidad y clase por delante, pero el toro duró muy poco, estando por encima el potosino que falló con la espada. Palmas.
José Mauricio, las dos orejas y el triunfo
José Mauricio cortó la oreja del segundo de la tarde, de nombre Predicador, de Marco Garfias, al que le firmó una faena variada, ligando las series por ambos pitones y rubricando de buena manera con la espada.
Buen Pastor, el quinto de la tarde, de 464 kilos, y su segundo, con el que nuevamente gustó en el saludo capotero, al que le imprimió variedad.
El diestro capitalino comenzó vibrante su trasteo muleteril, con un cambiado por la espalda, que sin duda marcó el prólogo de lo que vendría, pues cuajó por nota al buen ejemplar de Marco Garfias, al que toreó por el derecho en series ligadas. Trazo muy largo.
Profundizó también por el izquierdo, en redondo, dando reposo a los muletazos y consiguiendo de esta manera llegar con una fuerza tremenda al tendido.
La ración de acero que dejó fue suficiente, por lo que cortó una oreja, compartiendo la vuelta al ruedo con el ganadero Roberto Garfias.
Juan Pablo y el todo por el todo
El tercero, Redentor de 454 kilos, fue un toro suelto desde salida, andarín y siempre haciendo el amago de saltar al callejón.
Juan Pablo Sánchez lo entendió desde el inicio. La madurez y técnica le llevaron a iniciar con mucho poder su faena, cruzarse a pitón contrario y con la muleta muy baja cuajó las primeras series por el derecho.
Por el izquierdo aguantó enormidades y lo metió al final. El mérito fue de él al llevarlo a romper, y así firmó una asentada serie.
Regresó a pitón derecho, pero el toro protestó más. El cierre por naturales fueron los últimos adornos, con autenticidad y verdad.
Se volcó con determinación en la Suerte Suprema para cortar una oreja.
Su segundo, el cierra plaza, no resultó fácil. Desde un inicio Juan Pablo se mostró poderoso, toreándolo por la cara y derrochando ese valor sereno que le caracteriza.
Nada dejó el hidrocálido que dio muestra de su deseo de ir a más, por lo que estuvo ahí, de frente, buscándolo por ambos pitones, siempre tirando para adelante, y con ese deseo de convencimiento, teniendo el respaldo del público que valoró su claro esfuerzo.
FICHA
Domingo 31 de marzo
Texcoco, Estado de México
Plaza de toros Silverio Pérez
Corrida del domingo de Resurrección
Un tercio de entrada en tarde soleada y con viento
Toros de Marco Garfias que cumplieron en presentación, con palmas en el arrastre para el cuarto
Fermín Rivera, palmas y silencio
José Mauricio, oreja y oreja
Juan Pablo Sánchez, orejas y palmas