Imperios tuvimos
La historia y la razón. Empezar un tema tan complejo como ha sido el de los afanes imperialistas es muy escabroso, me ha parecido de interés ante el desequilibrado presidente de Estados Unidos, que intenta amedrentar al mundo con el supuesto poderío militar y económico de ese país.
En estos periodos de la historia nos da temor la locura de emplear armas para defender el débil liderazgo de Estados Unidos por los cambios que modificaron las relaciones entre naciones a nivel mundial.
En las épocas de cambios notables después de la segunda guerra mundial, la sociedad creyó que la paz sería permanente. No fue así.
Inició el desasosiego por el control ideológico en los continentes (no esos que conoce Xóchitl Gálvez), a tal grado que los gobiernos estadounidenses intentaron que el “comunismo” no se impusiera a su “capitalismo”.
Así, a las sociedades en el mundo, las han tenido en vilo por más de 70 años.
Para iniciar, utilicemos el análisis que Diego Alexander Olivera hace en su artículo de la UNAM, en el que escribió: “el concepto de ‘imperio’ en el pensamiento político griego clásico… es argumentar que el mismo, configura una noción de imperio en la que coexisten la idea de una autoridad legítima y otra enfocada en la dominación despótica. Esto es importante porque procura inscribir el concepto dentro de la cosmovisión griega evitando su comparación con la concepción moderna”.
La noción de imperio tenemos que pensarlo como el pensamiento político clásico a los fines pragmáticos, desde este enfoque habrá que escudriñarlo.
Implica que en la acepción moderna tiene la visión de hegemonía, tal como la conciben los griegos, implica una superioridad ejercida sobre iguales. Tiene un largo vínculo con la idea de ‘mando’ o ‘jefatura’ de tipo militar. El hegemón era aquel que guiaba o dirigía, el ‘general’ o ‘caudillo’.
Imponiendo su hegemonía económica, política y cultural mediante la apropiación de los recursos naturales, la explotación de los trabajadores y la inversión extranjera directa a los países menos desarrollados.
¿Por qué imperios?, bajo esas premisas, las ha habido con sangrientas dominaciones.
Al parecer el imperio Acadio, fundado por Sargón de Akkad alrededor del 2334 a. C., es considerado el primer imperio verdadero en la historia de la humanidad. Ubicado en la región de Mesopotamia, el imperio se extendió por gran parte del actual Irak y partes de Siria, Turquía e Irán.
Es la primera entidad política multinacional del mundo, fundada por Sargón el Grande (que reinó de 2334-2279 a.C.), quien unificó Mesopotamia bajo su gobierno y estableció el modelo que los reyes mesopotámicos posteriores seguirían o intentarían superar.
Por increíble que parezca, no se sabe con exactitud dónde estuvo ubicada la ciudad de Acadia, se considera, estaba a lo largo de la orilla occidental del río Éufrates.
Antes de Sargón, reinó Uruk, al que derrotó y fue más allá de las fronteras de Mesopotamia, su conquista la llamó “las cuatro esquinas del universo” y mantuvo el orden en su imperio a través de repetidas campañas militares. La estabilidad proporcionada por este imperio dio lugar a la construcción de caminos, la mejora de la irrigación, una esfera de influencia más amplia en el comercio, así como los desarrollos antes mencionados en las artes y las ciencias.
Es hasta el reinado de Shar-Kali-Sharri (2223 y 2198 a.C) que ya no pudo mantener el orden y evitar nuevos ataques al imperio desde el exterior, mostrando la carencia de capacidad para gobernar y mantener al imperio. Actualmente hay un gran misterio en la caída del imperio de Acadia.
Un mes es un mes. Será un belicista, pero como empresario sabe cuándo no estirar más la liga, por el momento, nos satisface saber que este arbitrario gobernante, en la conversación sostenida recientemente con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, Trump mencionó:
“Acabo de hablar con la presidenta Claudia Sheinbaum de México. Fue una conversación muy amistosa en la que ella accedió a suministrar inmediatamente 10 mil soldados mexicanos en la frontera que separa México de Estados Unidos”.
Asimismo, “pausar inmediatamente los aranceles a México durante un mes”.
Ante este diálogo, como siempre, los derrotados opositores se revolcaron de coraje y demostraron que no les interesa la patria, sino las jugosas fortunas que les dejaban los negocios al margen de la ley.
Así, siguen demostrando que tendrán continuas derrotas ante el pueblo mexicano.