Zacatecas.- Decenas de rostros con la leyenda de “desaparecido” tapizan una pared en la entrada de la Comisión Local de Búsqueda, donde aguardan familiares vestidos con botas, pantalones gruesos y playeras de manga larga, dispuestos a pasar horas bajo el sol. Esperan al resto del equipo para iniciar lo que llaman nueva esperanza.
Cargan los vehículos con herramientas, como palas, picos y varillas, comúnmente usadas para la construcción, pero que esta vez servirán para intentar rastrear “el punto”, es decir, un lugar que pudiera dar un indicio sobre alguna de las 3 mil 685 personas desaparecidas y no localizadas en Zacatecas.
El contingente parte con patrullas de corporaciones de seguridad al frente. Les siguen las unidades en las que se transportan las buscadoras, integrantes de los colectivos de familias de personas desaparecidas que van con el mismo objetivo: encontrarlos a todos.
Aunque el grupo incluye a algunos hombres, son sobre todo mujeres: madres, hermanas e hijas, quienes buscan. Estampadas en sus playeras o como fondo de pantalla en sus celulares traen las fotografías de sus seres queridos. El encuentro de 14 de ellas en un solo vehículo les permite compartir la pena en común o la orientación que necesitan para avanzar en sus investigaciones.
En riesgo
La mañana del jueves 15 de junio, la comitiva llegó a la zona de inspección: un cerro ubicado sobre la carretera a Río Florido, a la altura de la comunidad Ramón López Velarde. Le llaman La Chicharrona y está en Fresnillo, la ciudad mexicana con más temor entre sus habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Pero el problema no es privativo de este municipio. La inseguridad en distintos puntos del estado ha impedido que colectivos de familiares lleguen hasta el último rincón para encontrar a sus desaparecidos. Por este problema han suspendido búsquedas en zonas consideradas de alto riesgo, como Villa de Cos, Valparaíso, Villanueva, Tepetongo, Monte Escobedo y Teúl de González Ortega.
Esta ocasión hubo luz verde para la revisión en campo en Fresnillo, después de un análisis de contexto para no arriesgar a quienes acuden, desde familiares hasta trabajadores, de acuerdo con lo determinado por la Comisión Local de Búsqueda.
A las faldas del cerro se colocan las mujeres con pico y pala en mano, distribuidas en dos polígonos previamente marcados e inspeccionados por las autoridades. Esperan el banderazo de inicio para empezar a caminar kilómetros y picar el suelo.
“Cualquier bulto de tierra suelto, ahí es donde tienes que picar”, explicaban las madres, las hermanas y las hijas, demostrando su experticia en la materia. Algunas ya tienen años de buscar a sus seres queridos y han aprendido a hacerlo en brigadas nacionales con colectivos de Veracruz, Sonora o Tamaulipas.
Pese a sus sospechas de que estaban frente a una búsqueda simulada porque no encontraban senderos o algún indicio, ellas continuaron el camino hasta que les marcaron el alto. Al parecer, las autoridades encontraron dos campamentos, aparentemente utilizados por delincuentes, aunque las familias no pudieron observarlos.
Sin miedo
“La esperanza puede más que el miedo”, se lee en la ropa de María de la Luz Solís, quien busca a su hijo José Francisco Álvarez Solís desde hace siete años; él desapareció el 14 de julio de 2016 en Calera de Víctor Rosales, luego de concluir su turno como policía de tránsito.
De manera colectiva o por su cuenta, el amor de madre es lo que la mantiene para caminar kilómetros picando tierra entre espinas y alambres, buscando respuestas. Con la sospecha de quien sería el principal involucrado en la desaparición de José Francisco, la única esperanza que María de la Luz ha perdido es hacia las autoridades locales.
“En la carpeta de mi hijo no hay mucha investigación, […] por eso pienso que hay mucha negligencia, nos ignoran, por eso hice mi caso federal. Aquí en Zacatecas ni siquiera hicieron las sábanas de llamadas”, denunció.
Desde hace siete años, la madre confirmó los riesgos de las búsquedas en campo. “Todo el tiempo salimos con miedo, miedo de si vamos a regresar o no, porque la verdad ha habido ocasiones en las que no hemos podido llegar al punto porque ahí está la maña”.
Faltan acciones
De la revisión en Fresnillo no hubo resultados. Elizabeth Araiza, representante de Buscadoras de Zacatecas, reclamó que las búsquedas en campo no han sido suficientes, pues antes se realizaban dos veces por semana y ahora esto se les ha negado por condiciones de inseguridad y lejanía de los lugares adonde quieren acudir.
“En Buscadoras son seis puntos pendientes y están por sumarse más; están ubicados en la localidad de Santa Mónica, Guadalupe, algunos por el lado de Tepetongo y me parece que en El Teúl”, explicó. A los sitios considerados de alto riesgo acuden la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) y la Comisión Local de Búsqueda, pero los colectivos reclaman: “sin las familias, no”.
Everardo Ramírez Aguayo, comisionado local de Búsqueda, detalló un ejemplo de peligrosidad: cuando se dirigían a una inspección en campo en Monte Escobedo, tras un hecho delictivo quedaron objetos ponchallantas en la carretera y se tuvo que suspender la búsqueda planeada, a la que se dirigía un contingente que incluía integrantes de las organizaciones.
El funcionario aseguró que los puntos que tienen pendientes de revisar son por cuestiones de seguridad, pues las corporaciones que brindan acompañamiento y que también integran la Mesa Estatal de Construcción de Paz informan que no hay condiciones para acceder a esas zonas. Este año se han realizado 34 búsquedas y nueve han sido positivas.
Al alza
Los casos de personas desaparecidas aumentaron 15 por ciento en lo que va del año, en comparación con 2022, reconoció Ramírez Aguayo.
El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (Rnpdno) tiene otros datos de lo que ocurre en Zacatecas: el aumento ha sido de 94.71 por ciento durante la primera mitad de 2023 en contraste con el mismo periodo del año pasado; 2022 cerró con 507 víctimas reportadas y actualmente van 442.
Esto también se ha visto reflejado en la suma de familiares a las cuatro organizaciones de búsqueda conformadas en Zacatecas, compartió Elizabeth Araiza. “Es un incremento muy alto, muchas personas no están por ahora en colectivos, pero los que están establecidos han recibido muchísima gente y han asesorado a muchas personas al respecto”, resaltó la buscadora.
Alma Rosa Bernal Rodríguez acudió por primera vez a una búsqueda en campo tras la desaparición de su padre, Antonio Bernal Orozco, el 24 de febrero de 2023 en Fresnillo. “Entraron a la casa y se lo llevaron”, relató.
También se sumó la familia de los hermanos Jorge Alberto y Julio Matías Bañuelos García, desaparecidos el 29 de marzo de 2023 y el 10 de noviembre de 2022, respectivamente, en el mismo municipio.
Los índices delictivos han disminuido este año en Fresnillo, afirman las autoridades estatales y federales. Sin embargo, éste es el municipio con mayor incidencia de desaparición de personas: suman 755 casos en total, según el Rnpdno.
Quienes salieron a buscarlos como en la calurosa tarde de junio lo hicieron sin conocimiento previo ni alguna capacitación, solo tomaron las herramientas y comenzaron a caminar entre las piedras, para remover la tierra y picar para encontrar un olor particular, algo que indique dónde algún día hubo vida.
ANTE AUMENTO DE CASOS, VEN FAMILIAS ACCIONES INSUFICIENTES
“Todo el tiempo salimos con miedo, miedo de si vamos a regresar o no, porque la verdad ha habido ocasiones en las que no hemos podido llegar al punto porque ahí está la maña”.
MARÍA DE LA LUZ SOLÍS,
MADRE BUSCADORA
“La esperanza puede más que el miedo”
INVESTIGACIONES SON INSUFICIENTES, RECLAMAN BUSCADORAS DE DESAPARECIDOS
DATOS DESTACADOS:
3,685 VÍCTIMAS de desaparición y personas no localizadas
507 CASOS durante el año pasado
442 CASOS en lo que va de 2023
34 BÚSQUEDAS realizadas este año
9 RESULTADOS positivos en acciones en campo
1° FRESNILLO en incidencia en reportes
LUGARES DE RIESGO
– Villa de Cos
– Valparaíso
– Villanueva
– Tepetongo
– Monte Escobedo
– Teúl de González Ortega
Fotos: Landy Valle.